Superfácil 
10 min 
Por Alfonso López Alonso
Para 2
0.4€/pers.
0kcal/100g
Ingredientes
- 30 gr de café molido medio-grueso
- 500 ml de agua filtrada o agua mineral
- Filtro de papel para chemex
- Hervidor o tetera con cuello de cisne (opcional, pero recomendable)
Preparar café en Chemex® es casi un ritual. No es solo hacer café, es disfrutar del proceso. La Chemex®, con su forma de reloj de arena y su filtro grueso, saca lo mejor de cada grano: un café limpio, suave, sin sedimentos y con aromas que no se consiguen con otras cafeteras.
Puede parecer de laboratorio, pero en realidad es una de las formas más sencillas y elegantes de preparar café en casa. Si te gusta el café de verdad, de los que se saborean sin prisas, este método te va a encantar.
La Chemex® nació en Estados Unidos en 1941 de la mano de un químico alemán llamado Peter Schlumbohm. Su diseño, hecho en una sola pieza de vidrio, se convirtió en un icono del diseño moderno. De hecho, está expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Más allá de su aspecto, lo importante está en el resultado: un café limpio, transparente y con todos los matices del grano intactos. El truco está en su filtro especial, más grueso que los de otras cafeteras de goteo, que retiene aceites y partículas, consiguiendo una bebida suave, sin amargor y con un aroma muy definido.
Por eso, el café hecho en chemex suele gustar incluso a quienes no son fanáticos del café fuerte. Y aunque hoy se asocia con el mundo del “café de especialidad”, en realidad cualquiera puede usarla en casa sin complicarse demasiado.
Si te apasiona el café y te gusta experimentar con diferentes tipos, te encantará preparar un café expreso perfecto, con cuerpo y textura más densa. También puedes informarte en este artículo sobre las mejores variedades de café para hacer cold brew, ideal para los días calurosos, con un sabor suave y sin amargor. Y si te apetece una opción más conocida, el café vienés es la mezcla perfecta entre el sabor intenso del café, la dulzura de la nata montada y el toque de chocolate o canela.
Receta de café en Chemex®
Elaboración paso a paso
- Colocamos la chemex sobre una superficie estable y limpia. Doblamos el filtro de papel y lo colocamos en la parte superior, asegurándonos de que la parte con tres pliegues quede alineada con el pico de vertido.
- Antes de añadir el café, vertemos agua caliente sobre el filtro para eliminar el sabor a papel y precalentar la chemex. Luego desechamos esa agua.
- Medimos 30 gramos de café para unos 500 ml de agua, aunque puedes ajustar la proporción según la intensidad que te guste. Lo ideal es un molido medio-grueso, parecido al de la sal gorda.
- Añadimos el café molido en el filtro y agitamos ligeramente para nivelarlo.
- Calentamos el agua a unos 92-94 °C (justo antes de hervir). Vertemos una pequeña cantidad sobre el café, lo suficiente para humedecerlo por completo, y esperamos unos 30 segundos. Este paso permite que el café libere gases y se hinche, lo que mejora la extracción.
- Pasado el “blooming”, vertemos el resto del agua en círculos lentos y uniformes, sin tocar directamente los bordes del filtro. Lo ideal es hacerlo en varias fases, permitiendo que el agua baje antes de seguir vertiendo.
- El proceso total de filtrado debe durar entre 4 y 5 minutos. Si el café tarda demasiado, probablemente el molido es muy fino; si baja muy rápido, es demasiado grueso.
- Cuando haya terminado de filtrarse, retiramos el filtro con el café usado y servimos el café directamente en tazas o en una jarra. La bebida resultante será clara, brillante y con un aroma espectacular.
El método chemex es uno de los preferidos por los baristas porque permite controlar cada detalle: temperatura, caudal del agua y tiempo de extracción. Pero también es uno de los más agradecidos para el día a día: en menos de cinco minutos tienes un café de calidad profesional sin necesidad de máquina.
Consejos para un café en Chemex® perfecto
- Usa siempre agua filtrada o mineral, ya que el sabor del café depende en gran parte de la calidad del agua.
- La proporción ideal suele ser 1 parte de café por 16-17 de agua (aproximadamente 30 g por 500 ml).
- No dejes que el café repose demasiado en la chemex: al contacto con el aire, puede perder aroma y temperatura.
- Calienta las tazas antes de servir para mantener el café caliente por más tiempo.
- Limpia bien la chemex después de cada uso; el vidrio retiene olores si no se enjuaga a fondo.
- Si te gusta el café más fuerte, aumenta ligeramente la cantidad de café o reduce el agua, pero sin exagerar para no saturar el sabor.
- El molido del café es clave: demasiado fino obstruye el filtro, y demasiado grueso hace que el café quede aguado.
Curiosidades de rechupete
Curiosamente, la chemex se diseñó inspirándose en un matraz de laboratorio, y su inventor era químico, lo que explica su precisión. Hoy se considera un icono del diseño funcional, y muchos la usan incluso como objeto decorativo. Pero lo importante sigue siendo lo de dentro: un café limpio, aromático y con un sabor que refleja fielmente el origen del grano.
Preparar café en Chemex® es una experiencia que engancha. No solo por el resultado, sino por el proceso en sí: medir, verter, esperar y oler cómo el aroma va llenando la cocina. Es café sin prisas, de los que se disfrutan a sorbos, con calma. Una vez que le pillas el punto, no hay vuelta atrás: querrás repetir cada mañana. Así que ya sabes, busca un buen café, calienta el agua y deja que la Chemex® haga su magia.
Última revisión: 22 octubre 2025
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