Al menos se salvo la honrilla en Brasil con la victoria ante Australia, un triunfo que no compensa los errores anteriores. Fue un triste adiós para esta España y para varios jugadores, significativo el largo abrazo de Vicente del Bosque a Andrés Iniesta en el césped del Arana da Baixada de Curitiba. En los próximos días, tal y como aseguró el salmantino, desvelará si sigue o no en el cargo. «No tenemos ningún plazo marcado. Hablaremos con el presidente y el secretario general. Buscaremos la mejor solución sin dramas y con sensatez, lo mejor para nuestro fútbol», dijo.
Del Bosque repitió el discurso de los últimos días sin mover una coma, a expensas del mañana del equipo. «El futuro de la selección española está a salvo sea cual sea el seleccionador que esté. Tenemos una buena base, como se ha podido demostrar hoy, y unos jóvenes que también vienen muy buenos. Hay que estar con tranquilidad de cara al futuro».
Hablaba justo después de que lo hiciera David Villa, premiado con el MVP del partido y enfadado con el cambio. El seleccionador dijo que no sabía que era su último encuentro y que le sentó porque necesitaba más presencia en el centro del campo. Para la despedida, un triunfo por dignidad. «Hemos trabajado bien y, salvo los primeros 15 minutos, lo hemos controlado bien y el esfuerzo e interés que han mostrado los jugadores es digno de elogio. Nos vamos relativamente contentos del partido , no de la trayectoria en el Mundial».
Tensión en la zona mixta
Ya en la zona mixta, y resumiendo todo lo que ha sido el Mundial, más movimeinto. A la carrera salieron Gerard Piqué, Diego Costa y Cesc, vestidos de paisano porque no se subieron al avión de vuelta. Mientras, Jordi Alba, escoltado por Busquets, amenazó a un periodista. Xavi daba abrazos de despedida y Juanfran se paró para dar su opinión. «Espero y deseo que siga el míster, mejor seleccionador no hay. Le veo con más intención de seguir», comentó. «Las revoluciones son cosas del pasado, están anticuadas», añadió.
