Hace unos meses pasaba por nuestra manos el MINI Countryman Cooper D, que con 111 CV es la versión de gasóleo intermedia (hay otra de 90 llamada Countryman One D y una tercera, más potente, que rinde 143 CV, el Countryman Cooper SD). Ahora nos ponemos al volante de la, a nuestro juicio, variante más redonda y apetecible del todocamino británico, el Countryman Cooper S. Un modelo que, por cierto, cotiza al alza por ventas y nuevas versiones (incluída la flamante de tipo coupé Paceman o los recientes y rabiosos John Cooper Works de uno y otro tipo, siempre con 218 CV), y que además acaba de ser sometido a una somera actualización.
El MINI Countryman Cooper S se sirve de la motorización de gasolina 1.6 turbo que en su momento probamos a bordo del MINI Cooper S de 3 puertas o hatchback, y en el que nos encandiló por suavidad, elasticidad y, sobre todo, energía y respuesta al acelerador. Son 184 CV de motor, dispuestos del primero al último, y un par límite contundente: 260 Nm (con la función overboost en acción, que actúa durante segundos ante un fuerte acelerón, como por ejemplo reduciendo y pisando a fondo para adelantar, llega a 280 Nm).
La sensación de marcha en este capítulo es inmejorable: el coche responde con celeridad en todo momento, desplegando sobre el conductor la sensación de reservar un reconfortante remante de fuerza para momentos y situaciones en que pueda ser necesario, incluso viajando moderadamente cargado. No se desenvuelve con la rapidez del MINI Cooper S de 3 puertas, 240 kg más liviano, pero siempe gratifica. Ahí quedan sus valores prestacionales (más de 200 km/h de punta y una aceleración oficial entre 0 y 100 km/h inferior a los 8 segundos) para refrendarlo, sin que el consumo resulte un castigo.
Razonable
Porque está claro que los 6,7 l/100 km de promedio homologado por MINI para este Countryman Cooper S son algo "ficticios", o por lo menos difíciles de obtener en circulación cotidiana ciudad/autovía real, situación en la que fácilmente rondaremos los 8/9 l/100 km. Pero, aún así, el coche no se "bebe" el carburante (salvo practicando una conducción campera exigente o una conducción de asfalo muy deportiva), y sus 47 litros de depósito bien deben dar para cubrir en torno a 550 km antes de parar a repostar.
Más cosas: se puede solictar con tracción total All4 (prima la adherencia del eje delantero y reparte fuerza con el trasero de manera automática cuando así lo requiere la circulación), como en la unidad probada, que supone un extra de 2.000 euros recomendable para aquellos que circulen con frecuencia sobre firmes habitualmente deslizantes o vayan a aventurarse campo a través a los mandos de sus Countryman Cooper S. Más apetecible se nos antoja, sin embargo, el cambio automático y secuencial de nuevo previsto como extra: sale por unos 2.800 euros, pero es una delicia. Y eso que la caja manual de serie muestra un funcionamiento súper preciso, con recorridos técnicos y cortos; como aquella, aglutina 6 marchas.
Por lo demás, el Countryman Cooper S despliega las excelencias del resto de Countryman... y hasta de MINI. También esa incomprable y divertida dinámica que, sin castigar al pasaje a base de una suspensión demasiado firme, le permite moverse casi como si de un kart se tratase. Y eso que su centro de gravedad, como su tara, es más elevado que en los MINI "bajitos", pero sin duda es uno de los SUV más eficaces en conducción rápida, si no el que más. Dirección (muy directa) y frenos están, claro, a la altura en este capítulo.
Extremadamente personalizable
Para bien y para mal, hay cosas del Countryman Cooper S que llaman la atención: la calidad general, robusta y refinada, lo pequeño de sus puertas (incluso las delanteras), únicas con marco en la marca, lo bien que se entra y sale por su altura, unos asientos firmes y envolventes, un puesto de condución con el volante bien situado, pero con botones y mandos desperdigados (los de la climatización quedan, para colmo, muy bajos), el velocímetro en el centro de la consola (grande y llamativo, pero nada práctico)...
Sus butacas traseras pueden ser individuales y separadas, en cuyo caso sería un 4 plazas. Ajustan en sentido longitudinal unos centímetros para ganar maletero (parte de 350 litros, sólo correcto) o hueco para las piernas. En la práctica, acomoda bien a 4 adultos de talla media. Además, el Countryman puede llevar una guía en el piso que parte el coche en 2 en sentido longitudinal. Se llama MINI Center Rail y permite fijar complementos opcionales como portagafas y portabebidas, entre otros.
Soluciones, a menudo a golpe de talonario (y eso que no es un producto precisamente barato), para dotarlo de una imagen diferente y alejada de convencionalismos, por cierto, 100 por ciento personalizable, para concluir un "envoltorio" casi sin parangón. Para algunos este práctico MINI (el Countryman es el coche más funcional en la historia de la marca de BMW Group) carece de la gracia de los pequeños. Seguro que cuando conduzcan esta versión cambiarán de opinión.











