San Sebastián de los Reyes

El Pradal

7 /10
Precio medio
65€
Dirección
Lanzarote,26
Aparcacoches
Si
Teléfono
91 663 95 32 Llamar
 El Pradal

Situado en una zona industrial y de oficinas de San Sebastián de los Reyes, El Pradal recupera, convenientemente actualizado, el espíritu de aquellos asadores de carne que triunfaban en la periferia de Madrid en los años de las vacas gordas. Ocupa este restaurante un enorme edificio de dos alturas, con dos terrazas exteriores, y una gran barra en la planta baja tras la que se encuentra un espacio informal en el que se ofrece un buen menú del día. En la planta superior el comedor principal. Al fondo, separada por una cristalera que permite a los comensales ver el trabajo de los cocineros, una amplia cocina en la que se encuentra la parrilla, fabricada en el País Vasco al estilo de las de los mejores asadores de aquella región, con cinco alturas diferentes y alimentada con carbón de encina. En torno a ella gira la principal oferta del restaurante, que son las carnes de vaca y de buey. Piezas muy seleccionadas, que reciben de Discarlux, unos de los principales grupos carniceros españoles, y que también están a la vista en un gran expositor junto a la cocina.

Carne de calidad y buen manejo de la parrilla son las dos claves por tanto de esta casa. Nos ofrecen una chuleta de genuino buey. Para que no haya dudas nos muestran la etiqueta que registra la trazabilidad del animal. Un bicho de raza rubia gallega con casi nueve años que pesó 650 kilos en canal y sometido a maduración durante algo más de sesenta días. Carne excelente, con mucho sabor y con el punto perfecto en las brasas. Para quien prefiera pagar menos, hay chuletas de vacas de importación. Además, entrecot, solomillo o un steak tartar bien picado y aliñado. De la parrilla salen también pescados como el rodaballo, el sapito con su correspondiente bilbaína, o el llamado chuletón del mar, un lomo de atún rojo de Balfegó para dos personas. Siempre producto bien seleccionado y tratado con corrección. Para terminar, quesos artesanos seleccionados con criterio, aunque si prefieren dulce hay postres caseros como la tarta de zanahoria con helado de mascarpone o la poco habitual pavlova. Para beber, una completa carta de vinos a la que, además, se aplican precios muy comedidos.

Cierra domingos noche. Terraza. Barra.