Los recintos de Judería y San Francisco, de Córdoba, pases VIP para viajeros tras el puente

Cuando arrancan la jornada a las 11.00 horas , momento en que abren sus puertas los patios, ante la puerta de Judíos, 6 hay una pareja de turistas únicamente . Su dueña , Basilia Bolaños, asegura que en esta edición «hay mucha menos gente». «A esta hora, tendríamos aquí [en alusión a su patio] a los mayores del Imserso», cuenta al periodista.

Dirigirse hacia Cespedes, 10 es encontrar un mensaje similar. Rosario Torrealba, dueña de este bello y singular recinto -desde él, se puede ver la torre de la Mezquita-Catedral, coronada por San Rafael-, afirma que esta siendo un Festival de los Patios «relajado». Y eso a ella le gusta . Hasta el punto de que, para el año que viene -si vuelve a celebrarse en el Mayo Festivo, se plantea reducir el aforo.

Así, explica, «podemos hablar con el público» . A su juicio, de forma inesperada, esta edición ha acabado siendo un regreso a la «esencia» de esta celebración . Y añade que esa cita extraordinaria sirve también para demostrar que los Patios son una tradición que no se limita a mayo, sino que se extiende a lo largo de todo el año.

Entrando a la revuelta de Martínez Rucker, 1 , se topa el periodista con Sebastián Farrux y Emilia Reñe , un matrimonio de Lérida que debuta en los Patios, viendo el primero y ya están maravillados con ellos.

«Es precioso . Nos encanta la idea y el fresquito que hay», explican. Lo del fresquito es importante para ellos, porque en Lérida, advierten, en verano «nos vamos a los 38 grados». Y añaden que las medidas para prevenir el Covid en los patios -toma de temperatura, uso de gel o limitación del aforo-, de las que les han informado en la puerta, les parecen «perfectas».

Ir quemando etapas en esta larga ruta de patios (por extensión, que no por número) permite encontrar en Julio Romero de Torres, 15 a dos cordobesas. Son Estrella Montero y Lourdes Cabezas , amantes del Festival de los Patios, a las que les parece «estupendo» que el Ayuntamiento al final decidiera sacar adelante esta edición extraordinaria. Estrella afirma que, con ella, se ayuda a la economía local y así «no nos vemos tan tristes». Y añade que «hay patios más bonitos que en mayo», aunque, matiza Lourdes, están con «menos flores» que en el mes en el que se suelen celebrar.

Esta ruta acaba con un «tour de force» en Maese Luis , donde se concentran tres recintos, los números 4, 9 y 22 . En torno al número 9, un vergel en pleno Centro con una fuente central y el canto de los canarios como banda sonora que facilita evadirse de la vertiginosa cotidianidad, más alocada aún desde que el coronavirus entró en nuestras vidas.

De él salen José Tomás Leganés e Irene Font , un joven matrimonio procedente de Figueras que vinieron a Córdoba a ver la corrida del Día de la Hispanidad y que ahora están aprovechando para conocer los patios . «Son muy bonitos», aseguran. «La pena es que no tienen las flores de mayo, pero se agradece el esfuerzo de que los hayan abierto ahora» , señalan. Y, luego, añaden, que por lo que les están comentando, están pudiendo ver sin las colas y las aglomeraciones que hubieran sufrido en mayo.

Dejándose caer a la meta final de Maese Luis, 22 se recoge el testimonio de Amador Castellanos y Vicenta Nieto, un matrimonio de Barcelona . De forma escueta y contundente, resumen lo que les está pareciendo esta tradición singular de Córdoba: «Es una pasada» . « Hay que agradecer que la hayan recuperado [en octubre]», afirman. Por último, destacan que propietarios y controladores son «muy amables» y están «muy pendientes de que se haga bien» todo lo relativo a la prevención del Covid.