Sin escándalos en persona o en su Gobierno. Con sonados logros para sectores vitales en la economía de Galicia, con la oposición instalada en luchas intestinas y al frente de la Comunidad que mejor y de forma menos traumática ha capeado el temporal. El retrato de la gestión de quien hace cuatro años ganaba las elecciones contra pronóstico da el pistoletazo de salida a la campaña electoral en Galicia, que hace que el actual titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se enfrente en las urnas con un solo rival: la crisis económica.
Así ha sido la lectura del PP, que presentaba ayer su lema de campaña, «Galicia primero» que, en palabras de Alfonso Rueda, jefe de la maquinaria electoral del partido, recoge también la «filosofía personal» del candidato a la reelección. «Feijóo no se presenta contra nadie, sino que su único rival es la crisis económica».
Así se ha forjado una campaña personalista y sin complejos. Feijóo se presenta en nombre de, y avalado por, Feijóo, el mismo que estará presente en hasta 80 de los 500 actos electorales previstos por el partido.
El cartel de campaña del partido muestra simplemente eso, y aunque hay quien no ha tardado en ver la ausencia del logotipo del PP, el candidato no ha eludido hasta la fecha su orgullo de pertenencia al partido y la foto con Mariano Rajoy, que será el encargado de abrir, en la plaza de toros de Pontevedra, la campaña del partido en Galicia.
Es precisamente esta el arma utilizada por Manuel «Pachi» Vázquez. El candidato accidental del PSdeG -eludió con el adelanto electoral unas primarias que amenazaban con dejarle a las puertas de la candidatura- sujeta su mensaje preelectoral en tres vértices. El primero, la palabra «derogar», que incluye en el 50 por ciento de las promesas electorales de su programa; el más firme, su desvío de la campaña a los aconteceres de La Moncloa y en tercer lugar su identificación con el presidente de la República Francesa, François Hollande, a quien cita como ejemplo.
Aunque no es a Alfredo Pérez Rubalcaba a quien dice que emulará una Xunta presidida por él, Vázquez se rodeará de buena parte de la cúpula socialista. El primero el secretario general, que mañana abre campaña en tres provincias evitando solo su presencia en la convulsa Orense, donde la dimisión forzada del alcalde de la ciudad -imputado en «Pokemon»- ha dividido al partido en toda la provincia.
Lucha por los mismos votos
El tercer partido en liza, el BNG de Francisco Jorquera, amenaza con «sangrar» votos en favor de su antiguo líder, Xosé Manuél Beiras, que encabeza una agrupación electoral de la mano de Izquierda Unida, recolectora a su vez de los apoyos de un PSdeG a la baja.
Los mensajes de precampaña de los tres principales candidatos a la Presidencia de la Xunta han dejado una serie de conclusiones. La primera ha venido importada de la actualidad nacional, el desafío soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha obligado a los tres principales aspirantes a la Xunta a postularse.
Más de una veintena de partidos aspiran a arañar uno de los 75 escaños
En cuanto a su proyecto de Gobierno, el candidato del Partido Popular aspira a dar continuidad a lo iniciado hace cuatro años con el objetivo de «ser la primera Comunidad en salir de la crisis». Poco han desvelado los otros dos candidatos, que sí han dejado claro que basarán su campaña en un frente anti-PP, destinado a evitar una mayoría absoluta de Núñez Feijóo que les permita formar un Gobierno en coalición.
Pentapartito posible
Si bien, nacionalistas y socialistas deberán entenderse con Izquierda Unida y Anova, agrupados ahora en Alternativa Galega, toda vez que las encuestas pronostican un importante ascenso de la izquierda independentista (que así se resume la confluencia ideológica de ambas fuerzas), lo que hará que el potencial Ejecutivo de «Pachi» Vázquez deba rendir cuentas a los intereses de cuatro o cinco formaciones diferentes.
Otros veinte partidos aspiran a arañar el 21 de octubre uno de los 75 escaños para hacer oír sus voces (algunas estrambóticas, otras soñadoras, otras inverosímiles) en el futuro Parlamento que los gallegos deciden en 16 días.





