Las calles de la Comunidad se llenan durante algo más de dos semanas de fogonazos de promesas, de miradas cómplices, alusiones al futuro, de consignas revolucionarias y declaraciones de intenciones que solo el tiempo confirmará si eran ciertas. Son los carteles electorales, cuyo objetivo es «generar familiaridad con el personaje», explica Luis Arroyo, consultor de comunicación y autor del libro «El poder político en escena». «Tiendes a apreciar más a la gente cuya cara te suena», señala al interpretar para ABC estos elementos de la campaña enfocados a reforzar el resto de acciones de los partidos.
«Son para ser vistos en segundos -indica Jorge Santiago, director del Máster de Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Pontífica de Salamanca. No pueden hacer pensar. Necesitan rapidez».
Ambos coinciden en el análisis sobre los carteles que los partidos gallegos estrenaron la medianoche del pasado viernes. «Son increíblemente conservadores en todo el mundo», expone Arroyo. Y Galicia no es ajena. De hecho, opina que «habría sido suicida o temerario no hacerlos así y que supusieran un esfuerzo para el ciudadano».
En ese sentido, Arroyo considera que el «Galicia decide» del socialista «Pachi» Vázquez es «poco específico», aunque tampoco observa originalidad en el resto de lemas empleados. El punto que remata el eslogan de Vázquez es interpretado por Santiago como «el cierre de algo». De una etapa en Galicia quizá. Los nacionalistas del BNG, así como la coalición de Xosé Manuel Beiras con Esquerda Unida, concluyen sus mensajes con signos de admiración «que dan vigor a la frase». Pese al aire apocalíptico que los candidatos emplean en sus arengas, no escasean las sonrisas en los carteles. Beiras, por ejemplo, acompaña su agresivo eslogan rodeado de rostros afables.
Vázquez es el único aspirante que otea el horizonte en la que parece la pose más forzada de todas las fotografías, algunas de ellas realizadas en actos de partido, como en los casos de Alberto Núñez Feijóo (PP) o de Francisco Jorquera (BNG). «Si miras a la cámara es porque el mensaje es personal», señala Santiago. «Miras a la gente y es sinónimo de complicidad. El lema lo estás poniendo en tu boca», añade Arroyo, que entiende que «si el candidato es nuevo o desconocido es conveniente esta opción». Él interpreta el hecho de que Vázquez mire fuera de plano como una alusión al futuro.
Mejor con Rosa Díez
La mayoría de los candidatos aparece en solitario. No sucede así en el caso de Alternativa Galega de Esquerda, algo en lo que Arroyo ve un guiño al carácter «asambleario» del que suelen hacer gala los partidos de esta ideología.
Donde ambos expertos ven un sonado acierto es en la presencia de Rosa Díez junto al candidato de UPyD, José Canedo. «La fuerza está en la líder del partido a nivel nacional y lo aprovechan», declara Arroyo. «Es un refuerzo para que se identifique enseguida de qué partido es ante un candidato menos popular», apunta Santiago.
