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Pistolas apuntándose en La Moncloa: el incidente entre González y Obiang que casi acaba a tiros

El 29 de julio de 1983, el presidente español tuvo que intervenir para que la guardia personal del dictador guineano guardara sus armas en un enfrentamiento inesperado con la Guardia Civil cuando iba a comenzar una reunión bilateral entre ambos países

González y Obiang, en uno de sus encuentros
González y Obiang, en uno de sus encuentros - ABC
Israel Viana
MadridActualizado:

«¡Vamos, vamos, por favor, señores!», gritó el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán , aquel 29 de julio de 1983. Cuando se percató de la escena, Felipe González corrió sobresaltado hacia la puerta de La Moncloa y advirtió con contundencia: «¡Por favor, estén ustedes completamente tranquilos! Nos encontramos en la casa del presidente del Gobierno español, que respeta a Teodoro Obiang . Tranquilícense, porque estamos en un ambiente de amistad y cordialidad y la seguridad del presidente de Guinea Ecuatorial en este Palacio es la misma que la mía».

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Noticia del incidente en La Moncloa con la escolta de Obiang - ARCHIVO ABC

La escena causó sorpresa e indignación , pues se desenfundaron pistolas y se apuntó con las ametralladoras. Se produjo minutos antes de la reunión que iban a mantener González y el dictador guineano en la residencia oficial del presidente español. Un importante encuentro bilateral para restablecer las relaciones entre ambos países y arrancar el compromiso de Obiang de que iba a conmutar la pena de muerte a Venancio Mikó. Este sargento había participado en un golpe de Estado contra el régimen guineoecuatoriano, un mes antes, y tras fracasar se había refugiado en la embajada española en Malabo.

Obiang exigía la inmediata entrega de Mikó y amenazó con sacarlo por la fuerza. González se negó y la embajada fue asediada, lo que estuvo a punto de provocar una crisis bélica. La tensión aún estaba presente cuando se produjo la visita a Madrid. El dictador hizo esperar un largo rato al presidente español en el aeropuerto de Barajas, al pie de la escalerilla del avión, sin razón alguna. Además, canceló una reunión entre los ministros de Asuntos Exteriores en el último momento.

Lo peor se produjo cuando González y el Moran recibieron a Obiang en la escalinata que da acceso a La Moncloa. Pasaron al patio de columnas para ser fotografiados. El secretario del presidente español, Julio Feo, informó a la guardia personal del dictador que tenían prohibido el paso al interior del palacio y rogó que se dirigieran a la cantina, donde tenían barra libre.

La ametralladora

Uno de los escoltas del mandatario africano respondió «que no», que él no se iba «porque no entendía español». El secretario le repitió lo que le había dicho en francés. La guardia personal de Obiang, compuesta por cuatro guineanos y dos marroquíes, no hizo caso y se cruzó en la puerta impidiendo el paso al resto de la comitiva. Entonces intervino la Guardia Civil que custodia el edificio. Un teniente español que estaba en la entrada les invitó a ponerse a un lado.

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Editorial sobre el dictador Obiang un día después del incidente - ARCHIVO ABC

De repente, uno de los marroquíes desenfundó la pistola que llevaba en el cinturón, debajo de la chaqueta. En ese momento, el teniente se abalanzó sobre el guardia del dictador. Le puso una pierna delante en un intento de frenarle mientras cargaba su metralleta para apuntarle. El jefe de ceremonias de Obiang, Manuel Nze Nzogo, comenzó a dar gritos y a ordenar a los guardaespaldas del mandatario africano que penetraran en el edificio. Al oír el tumulto, González y Moran dejaron al presidente guineano plantado y salieron corriendo al exterior para reprender la actitud de sus invitados e intentar que la situación se tranquilizase. Les costó varios minutos.

Los mandatarios se dirigieron después al interior para celebrar la esperada reunión. Duró dos horas y ambos intentaron quitarle hierro al incidente en sus declaraciones posteriores, a diferencia de sus subordinados. «Sucesos como este hacen que desconfiemos de todo lo que se vaya hacer. Consideramos descalificable la actitud española», manifestó a ABC el jefe del Gabinete de Prensa guineano. «Las autoridades españolas procedieron a desarmarnos, del mismo modo que esta mañana prohibieron el acceso a la Moncloa de la guardia de Obiang», criticó el responsable de protocolo del dictador, que calificó de «indecorosa» la actuación española.