Un diseño exterior más moderno, un interior más amplio y motores más eficientes a la espera de la tracción delantera 4x2 y un inédito diésel 1.6 (llegará en 2013), desarrollado por la marca tanto para el Civic como para este todocamino. Estas son algunas de las cartas de presentación del nuevo Honda CR-V, un vehículo que en sus distintas generaciones lleva 17 años en el mercado y que, con ligeras variaciones (la versión europea se fabrica en Inglaterra y está más equipada que, por ejemplo, la americana), se vende con éxito en medio mundo.
Mantiene el aspecto general de la versión anterior, en todo caso netamente más moderno, con un frontal más poderoso y aerodinámico (el parabrisas se adelanta 60 mm para ganar espacio interior a costa del vano motor). Hay luces de día LED, tecnología extrapolable a los pilotos traseros.
Dentro, mejores materiales y un diseño más limpio. Aunque el coche pierde 5 mm de longitud (ahora 4,57 metros) y 30 en altura (se contiene en 1,68 metros, por los 1,82 que alcanza la anchura) el habitáculo gana algo de sitio (sigue siendo de los más capaces del segmento) por el reposicionamiento del motor y la nueva situación de los asientos. La visibilidad es realmente buena.
Estrena sistema de plegado de asientos traseros mediante una palanca en el maletero. Abate hasta los reposacabezas en una acción inteligente que no requiere esfuerzos ni para devolverlos a su posición natural. Eso sí, ya no se puede desplazar la banqueta traser en sentido longitudinal para ganar o perder espacio en el maletero, que sigue siendo enorme con 589 litros y ahora es más fácil de cargar al quedar el plano más cerca del suelo. Todas sus butacas son grandes y pueden acoger a personas muy altas, y aunque no sujetan todo lo bien que deberían son bastante cómodas y es sencillo encontrar la mejor postura al volante.
Mientras llega el citado diésel 1.6 asociado a la nueva tracción delantera 4x2, el CR-V monta los motores que llevaba hasta ahora con cambios para reducir consumos y emisiones. El de gasolina es el aspirado 2.0 i-VTEC con 5 CV más (ahora 155, permitiendo una punta de 182 a 190 km/h), muy correcto con tracciones 4x2 (7,2 l/100 km) ó 4x4 (7,5 l/100 km con cambio automático). El diésel es el turbo 2.2 i-DTEC de 150 CV (190 km/h y 5,6 l/100 km con caja manual de 6 marchas y 6,6 con transmisión automática de 5 relaciones). Con caja manual adoptan sistema de parada y arranque de serie.
Hay 6 acabados: Confort, Elegance, Lifestyle, Executive, Luxury e Innova, siempre bien equipados (climatizador bizona, programador de velocidad y ayuda al arranque en pendientes...) Elementos como faros de xenón, techo panorámico, navegador, cámara de retroceso, entrada y arranque con llave «inteligente» o portón automático son, según casos, de serie u opcionales. Y en seguridad, mantenimiento de carril LKAS, control de crucero adaptativo ACC, prevención y mitigación de impactos CMBS...













