Pierre Cardin (88 años), uno de los patriarcas de la alta costura francesa, ha decidido poner a la venta el legendario restaurante Maxim's, que fue, durante décadas, uno de los símbolos de la gastronomía y la alta costura francesa.
“¿Porqué vender Maxim's?” “Tengo muchos proyectos. El dinero de la venta me ayudará a ponerlos en práctica”, comenta lacónico Pierre Cardin, sentado en su despacho, frente a Elíseo, la residencia oficial del presidente de la República.
Cardin sigue estando al frente de su propio grupo de alta costura, cuya marca y productos derivados se siguen vendiendo con éxito comercial en varios continentes. El patriarca fundador del grupo, “joven rebelde” hace más de medio siglo, sigue estando al frente de su empresa, sin ganas de jubilarse, coqueteando con la suma que podría pedir si alguien deseara comprar la firma “Pierre Cardin”: “Solo estaría dispuesto a vender mi marca por mil millones de euros”. “Mil millones, o nada”, insiste con una brizna de ironía.
Maxim's es otra cosa... “¡Es imposible sacar adelante un restaurante de gran lujo con una semana laboral de 35 horas y una nómina de 200.000 euros mensuales”, declara al Journal de París, donde avanza la noticia de la venta del legendario restaurante y “templo”, en otro tiempo, de la noche parisina.
Podría venderse por «varios centenares de miles» de euros
¿Cuánto vale Maxim's? Cardin no desea avanzar una cifra concreta, en público. Se calcula, oficiosamente, que Maxim's pudiera venderse por “varios centenares de miles” de euros. Pierre Cardin sigue teniendo muchos intereses en Chica, donde su grupo lleva años invirtiendo. Los primeros posibles compradores de Maxim's son millonarios chinos y sauditas, que ya son propietarios de varios grandes hoteles parisinos.
Vendiendo Maxim's, Pierre Cardin espera conseguir los millones necesarios para invertir en sus nuevos negocios y proyectos. El patriarca de la moda francesa trabaja a paso de carga en un proyecto que también necesita mucha financiación: un Palacio de la luz, en Venecia, una “torre” de 240 metros de alta, que Cardin piensa decorar “con mucho lujo, mucha imaginación, esperando hacer fructificar mi dinero”.