Aunque en los periódicos se presenten los desfiles con fotos estáticas, la experiencia de un desfile está compuesta por muchos factores. Uno de ellos es la música. Cada diseñador elige una música diferente, y para elaborar la banda sonora de la colección cuentan con lo que se llama un «sound designer» o un diseñador de sonido.
de san bernardo
Juanjo Oliva
de san bernardo
Amaya Arzuaga
DE SAN BERNARDO
Lydia Delgado
DE SAN BERNARDO
Kina Fernández
DE SAN BERNARDO
Kina Fernández
Jose Ignacio Simón Vena, que tiene ya diez años de experiencia en el sector y que ha creado la música para diseñadores como Ángel Schlesser, nos explica que «la música es otra parte sensorial dentro de un desfile y con ella vestimos y envolvemos los desfiles». El punto de partida «es el espíritu del desfile y desde ahí, dependiendo del ritmo al que tienen que andar las modelos o del ambiente de la colección, elegimos la música». Todo está muy estudiado y todavía recuerda uno de los desfiles que hizo con Schlesser que se llamaba «Aeropuerto» y donde llegó a incluir sonidos característicos de los aeropuertos, como los ruidos de megafonía.
Cuando una persona te pregunta ¿cuál es el largo de falda que se va usar este año?, ya sabes que esa persona está un poco anticuada o no entiende nada de tendencias. En moda, ya no hay largos que valgan ni patrones a seguir. La gente va por libre. Y el que más por libre va es el consumidor, que ha aprendido a comprar lo que le sienta bien, y no lo que dictan las revistas del sector.
Marc Jacobs se puede hartar a hacer faldas largas estilo campesinas para su colección de Louis Vuitton, y Zara se puede hinchar a «inspirarse en ellas», pero que la gente las compre es otra cosa, porque nadie quiere parecer una mesa camilla. Roberto Torretta, que desfiló antes de ayer, empezó haciendo vestidos largos, hasta que se cansó e incorporó también minifaldas. Lo bueno de los diseñadores españoles como Juanjo Oliva es que han entendido que es necesario no solo cortar bien, sino producir ropa que siente bien. «Las colecciones no pueden ser ficción, salvo que tengas líneas de maquillaje y demás, y no te interese vender la ropa. En nuestro caso vendemos ropa y queremos llegar a todo tipo de clientas».
Explosión de color en vestidos de tonos vitamina en todas las escalas posibles, sueltos y ajustados. Pero una colección mucho menos rígida que otros años, de silueta más lánguida. Como dice el diseñador: «una cosa es ser simple y otra cosa es ser sencillo, igual que ser complejo o complicado». Porque, aunque una de las prendas que salen en el desfile sea una camiseta de algodón, no es una camiseta cualquiera, es una camiseta elaborada con tela de la casa italiana de tejidos de lujo, Faliero Sarti, en la cual se han cuidado y mimado todos los detalles.
Camisetas también en Lydia Delgado, también de algodón de importación, de punto fino y con una trama que le da ese punto «deluxe». Y por si alguien no había entendido que son prendas especiales les han bordado delicadas cintas de seda. Se combinan con todo. Y va adornado por maxi perlas para un toque Coco Chanel (después de todo, una de las inspiraciones de la colección es Dauville).
Hasta Amaya Arzuaga ha entendido que lo que vende es el «sport chic». En su caso presentó prendas de dos de sus colecciones, AA prêt-à-porter y AA maille (que en francés significa nada menos que «punto»). Ella misma las define como «ropa de calle» y añade la palabra «funcional», un vocablo que nunca pensé que escribiría cerca del nombre Amaya Arzuaga (más conocida por sus prendas origami de volúmenes imposibles). Para ser más precisos, lo que dice es que éstas dos líneas «condensan toda la identidad de la marca desde una perspectiva funcional». ¿La verdad? Es la primera vez que vemos tanto punto de algodón ecológico, viscosa y algodón orgánico, en bodies, en cárdigans y monos y pantalones lánguidos.
Esta edición de la Cibeles Madrid Fashion Week cierra de forma alegre y positiva, con un cambio de mentalidad para la mayoría de los diseñadores, que se han propuesto menos espectáculo y más venta. Vuelve lo práctico en la ropa y en el oficio.
