Ocurrió la semana pasada en la autopista que une Sevilla con la localidad de Jerez. Al volante iba Tomás Terry González de Gregorio y a su lado su madre, la duquesa de Fernandina. Por causas que se desconocen, el coche perdió el control y chocó con la mediana, dio varios trompos y el resultado fue siniestro total.
«Ha sido tremendo. Mi hijo quedó inconsciente. Pilar tuvo más suerte puesto que pudo salir del auto envuelta en cristales. La fortuna quiso que cuando llegó un equipo de emergencias la médico no permitió que tocaran a Tomás. Le inmovilizaron y le llevaron hasta el hospital. Gracias a Dios hoy está mucho mejor. Tuvo una conmoción y varias fracturas pero pudo ser terrible». Quien así habla es Tomás Terry, ex marido de Pilar González de Gregoria, hija de la desaparecida duquesa de Medina Sidonia, y padre a su vez del joven Tomás. «Habían estado en Sevilla porque ordenaban sacerdote a un amigo de la familia y volvían a Jerez. En ese momento yo estaba regresando de Escocia y me localizaron en el móvil. Enseguida me pusieron con mi hijo para tranquilizarme», relata.
Con el susto aún en el cuerpo Tomás Terry ya se ha metido de lleno en los preparativos de la gala que conmemorará el 175 aniversario de las bodegas González Byass con una espectacular fiesta que promete ser la más sonada de la temporada. La lista de asistentes es mejor que la de cualquier boda de tronío (incluída la del duque de Feria) y me cuentan que hay bofetadas por tener un sillón en esa convocatoria que vestirá a más de uno con el modelito de la botella del Tío Pepe, un clásico donde los haya.
Y ya que ando por el sur aprovecho para dar el pésame al cantante Juan Peña, que acaba de perder a una prima de apenas treinta años, y me consta que está destrozado al igual que toda su familia, que forman una auténtica piña.




















