
jaime garcía
Klaus Hasselmann, fundador y profesor emérito del Instituto Max Planck de Meteorología
Tiene el aire de quien fue una estrella de cine, pero tras su pose distinguida se esconde un científico cuyos trabajos han sido fundamentales para el avance de la ciencia del cambio climático, la creación de una comunidad científica y el impulso de los modelos globales de predicción climática, razones que le han llevado a ser merecedor del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático. Klaus Hasselmann (Hamburgo, 1931), fundador y profesor emérito del Instituto Max Planck de Meteorología, identificó la huella humana en el calentamiento global. Horas antes de recoger su galardón, habló con ABC de cambio climático, haciendo especial hincapié en que es un problema soluble.
—Su investigación fue clave para discernir qué parte del calentamiento se debe a la actividad humana. Pero sigue habiendo incertidumbres en las proyecciones. ¿Eso puede ser un obstáculo para avanzar en las políticas para descarbonizar el planeta?
—No, yo creo que eso no va ralentizar la toma de decisiones políticas al respecto. Es cierto que hay incertidumbres en cuanto al impacto, a temperaturas globales en el futuro o a la probabilidad de acontecimientos extremos, como los huracanes, pero estamos ante un cambio importante del sistema climático, que va a afectar a muchísima gente, eso es una certeza. Y desde el punto de vista de las políticas estamos ante la situación típica, cualquier decisión se toma basándose en que hay incertidumbres y el problema climático no es una excepción. Teniendo en cuenta que está el riesgo de tener un gran cambio climático, que afectaría a millones de personas, hay que cambiar el sistema actual.
—Esas incertidumbres y las olas de frío son utilizadas recurrentemente por los escépticos para negar el calentamiento global.
—Es un asunto que la ciencia ha demostrado hace muchos años. Es un hecho que el sistema climático tiene variabilidades intrínsecas, mes a mes, año tras año, décadaa década, pero la pregunta es: ¿Podemos diferenciar entre lo que es esta variabilidad natural y los cambios producidos por los humanos? Sí, y la temperatura media ya no puede explicarse por probabilidades razonables de variabilidad natural. Si uno ve la temperatura enEuropa en el verano último ciertamente fue más fría que la media pero por otra parte si se toma la media global de las temperaturas en el planeta entonces hay un aumento. El hecho de que tengamos cambios regionales en el clima de mes a mes es lo natural, pero esto no es razón o pretexto alguno para dejar de lado el hecho de que sí estamos ante un cambio climático a largo plazo, y esto es debido a nuestras emisiones.
—Los modelos se han ido afinando. ¿Cuánto se calentará la Tierra? ¿Qué futuro le espera a España?
—Se es más preciso a escala mundial que a escala regional donde hay mucha incertidumbre aún, pero lamayor parte de los modelos sí nos indican que la zona del mediterráneo sufrirá sequías y un aumento de temperaturas y en el caso de España quizá la situación sea bastante grave.
—Habrá gente a la que su mensaje le suene pesimista. ¿Qué les diría?
—Yo soy un optimista más que un pesimista, porque pienso que el problema sí se puede resolver. Luego, pesimista eres si no crees que puede haber un cambio.
—¿Cree que el «climategate» influyó en el resultado de la pasada Cumbre de Copenhague o el desastre fue solo obra de los políticos?
—Los intentos de los llamados escépticos sobre el clima en realidad representan intereses de la industria del carbón y del petróleo, y creo que no han tenido un impacto en cuanto a la comprensión de la opinión pública sobre el problema y tampoco sobre el aspecto político. Que la Cumbre de Copenhague fuera un fracaso es algo más básico: el conflicto clásico de intereses individuales por países y los intereses de la sociedad. Todos los países, incluidos los europeos, han fracasado en comprender la urgencia del cambio climático.
—En Copenhague se escenificó un acuerdo entre los grandes países de espaldas al resto. ¿Cree que el multilateralismo sigue siendo posible en la negociación climática?
—Es el mismo problema que hemos tenido en los acuerdos sobre el comercio mundial a la hora de vencer el enfoque competitivo, que ya está enraizado en la naturaleza humana. Creo que tenemos que vencer los intereses regionales de algunos bloques que intentan lograr sus propios intereses a costa de los otros. Pero también pienso que debemos ayudar a los políticos, porque hasta ahora no han estado bien asesorados por los economistas. El mero hecho de que la crisis financiera haya llegado sin una advertencia por parte de los economistas nos demuestra que no han estado viendo el mundo con una perspectiva adecuada.
—Creo que ahora está estudiando economía...
—Es correcto.
—¿Las medidas de lucha contra el calentamiento global pueden ser el motor para salir de la crisis?
—Sí, creo que ha llegado la oportunidad de usar bien el dinero público para transformar la economía y llevarla por un nuevo camino.
—Háganos por favor una proyección de cómo cree que será el mundo o cómo le gustaría que fuera dentro de 50 años.
—Me gustaría que fuera más equitable, más justa la distribución de los ingresos a nivel mundial, resolver los problemas de la pobreza con un enfoque más social con políticas adecuadas, y creo que esto es posible. Que podamos haber transformado nuestro sistema económico en un sistema basado en la energía que necesitemos, pero a partir del sol y de la energía eólica, y creoque es posible porque sabemos hacerlo. Y que podamos hacer un reajuste de la forma en que invertimos, y para hacerlo adecuadamente habrá que poner énfasis en la producción de este tipo de energía. Vamos a tener un aumento de la productividad, vamos a utilizar cada vez más las tecnologías de la información, aumentará muchísimo nuestro saber y creoque la gente será más feliz. Pienso que los conflictos serán los partidos de fútbol y no el terrorismo, eso me gustaría para el futuro. Que la preocupación sea quién gana una copa y no el terrorismo.
—En los últimos años cada vez se oye hablar más de geoingeniería para combatir el cambio climático, como fertilizar los océanos o plantar árboles artificiales en el Sáhara. ¿Qué opina de estas técnicas? ¿Servirán en ese futuro del que habla?
—Hay que diferenciar entre lo que es el refuerzo medioambiental normal, por ejemplo la reforestación, plantar árboles me parece siempre una buena idea, pero la geoingeniería no la veo. Fertilizar océanos no es factible, se han hecho una serie de experimentos y no parece que lo sea.Otra idea popular en geoingeniería es utilizar partículas de dióxido de azufre en la atmósfera para producir una especie de sombrilla artificial mundial, es una experiencia grande, no sabemos cómo va a funcionar. Pero sinceramente creo que lo que tenemos que hacer aplicar lo que ya sabemos, realizar lo que ya hemos logrado aprender.
—¿Y la captura y almacenamiento de carbono?
—Creo que el secuestro de carbono es una opción a seguir, nadie sabe si va a funcionar del todo o no. Por eso pienso que es una solución transitoria, no la solución del problema, luego no hayque dejar de hacer otras cosas.


