Lunes
, 15-03-10
En 1987 el psiquiatra cordobés Antonio García López elaboró una tesina sobre el triángulo de los suicidios en «Iznájar, Lucena y Rute». Demostró que había una incidencia superior de suicidios en las tres localidades (Lucena y Rute duplicaban la media nacional y que Iznájar lo sextuplicaba). Apuntaba al tema del aislamiento como razón. En el caso de Iznájar, la mayoría de la población estaba diseminada, en cortijos. «Además, la propia familia ya había escuchado el suicidio, el colgarse, lo veían como una salida, y no lo veía raro, era una vivencia o alternativa. Para ellos era algo normal, no le producía ninguna angustia. Pues en una situación de aislamiento se crea como una respuesta aprendida, como una posibilidad mas y ocurre. Los últimos datos que manejo son que las cosas han cambiado mucho y tiene su lógica en el sentido en que otras personas tienen otras perspectivas de vida aunque tengan referentes familiar pero se desvirtúa mucho», afirma.