Miércoles, 18-02-09
El programa A400M, el proyecto estrella de EADS, se encuentra en un estado de parálisis después de que el grupo haya aplazado sine die el primer vuelo de pruebas del aparato. El principal obstáculo que encuentra el desarrollo del nuevo avión militar europeo es la complejidad de los motores turbohélice, que ha obligado al fabricante -el consorcio EPI formado por Rolls Royce, Snecma, MTV y la vasca ITP- a introducir modificaciones en el diseño. Inicialmente, los cuatro motores del Airbus A400M debían sumar una potencia de 40.000 caballos, equivalente a la de 133 Porsches.
Debido a esta nueva demora se ha frenado la producción en las distintas plantas aeronáuticas de los siete países donde se fabrican las piezas del carguero militar (seis europeos más Sudáfrica).
Sobrecoste
El parón ha hecho dudar sobre la viabilidad del programa, lo que ha movido en las últimas semanas a EADS a lanzar mensajes tranquilizadores asegurando que el proyecto sigue adelante. La compañía, según ha reconocido, ha provisionado 1.700 millones de euros por el sobrecoste derivado de los sucesivos retrasos del programa.
La entrega del primer aparato a la Fuerza aérea francesa, prevista para la primavera de 2010, ha quedado aplazada sin fecha. El consejero delegado de EADS, Louis Gallois, ha indicado que este primer pedido se hará afectivo tres años después de la fecha del primer vuelo de pruebas, un hito aún sin determinar. Además de la línea de montaje final (FAL), el centro de entregas de los aviones a los países compradores también debería estar en Sevilla, según el programa inicial.
Pedidos
El A400M ha recibido ya 192 pedidos, 180 de los socios europeos (60 de Alemania, 50 de Francia, 27 de España, 25 del Reino Unido, 10 de Turquía, 7 de Bélgica y 1 de Luxemburgo); 8 de Suráfrica y 4 de Malasia.
En la FAL se ha montado ya un prototipo (sin los motores), que fue presentado en sociedad, con la presencia del Rey, el pasado 26 de junio, un día histórico en el viejo calendario aeronáutico de Sevilla.
Una segunda aeronave está prácticamente armada con piezas traídas a Sevilla desde siete países (Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido, Portugal, Turquía y también España). A grandes rasgos, las alas proceden del Reino Unido, la nariz o cabina se fabrica en Francia y el fuselaje, en las factorías alemanas. España produce los estabilizadores horizontales de cola, los timones de altura, los capós de motor y las carenas de las correderas de los «flaps». Algunos conjuntos, por su gran tamaño, han llegado en aviones Beluga.
La planta de montaje de Sevilla está diseñada para producir tres aviones al mes. El A400M es un avión grande, que puede cargar hasta 37 toneladas, volar a velocidad de crucero y aterrizar en condiciones límite en misiones militares o de ayuda humanitaria.


