Jueves, 30-04-09
A. MUÑOZ
POZOBLANCO. Su primer año como presidente (el tercero en medio siglo) ha coincidido con el 50 aniversario de la funcación de la Cooperativa del Valle de los Pedroches.
Esa efeméride marcó el desarrollo de las decimosextas jornadas técnicas de Covap, que este año se han dedicado a analizar el fenómeno cooperativo con sus distintos modelos europeos y el futuro más inmediato.
El presidente de la cooperativa cordobesa, Ricardo Delgado Vizcaíno (hijo del fundador de la sociedad), reivindicó ante los socios ese esquema empresarial que el 7 de enero de 1959 puso de acuerdo a su padre y a otros 21 ganaderos de la localidad para crear el germen de lo que hoy es la primera industria agroalimentaria de Andalucía.
Después de realizar un repaso histórico y por etapas de la vida de la cooperativa y de los socios y trabajadores que han participado en estos 50 años de existencia, Delgado Vizcaíno recalcó que la base de todo el éxito fue la visión empresarial, la gestión ágil, la capitalización de los retornos (beneficios que integran un fondo en lugar de repartirse entre los socios) y el capital humano de quienes están detrás de Covap. «La mayor parte de los socios sois cooperativistas y no comparativistas», exclamó el presidente para reconocer el esfuerzo que se ha hecho en defensa de este modelo cooperativo, cuando a veces lo fácil es buscar la rentabilidad individual.
Reforma agraria
Por eso no dejó de repetir que la clave es la suma de los esfuerzos (lema de estas jornadas), la «unión de todos» para «sembrar para otros 50 años más».
Delgado Vizcaíno aseguró que su primer objetivo es coadyuvar a que la cooperativa siga ganando en músculo, dimensión, y en posición en los mercados internacionales. Las cooperativas, resaltó, deben ganar tamaño «cooperando, siempre juntos».
También recordó que el valor añadido de este sistema empresarial lo ha disfrutado la comarca que la vió nacer. «La mayor reforma agraria del Valle de los Pedroches la hizo Covap, fijando la población al territorio». Sólo así, insistió, se pudo pasar de transportar los productos en carro, a camiones refrigerados y en un futuro a otro tipo de innovaciones.
Modelo europeo
Poco antes que Delgado Vizcaíno, el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias -heredera de la Confederación de Cooperativas Agrarias-, Fernando Marcén, abundó más en los beneficios del crecimiento orgánico de las cooperativas.
Crecer, crecer y crecer. Ésa es la única fórmula para garantizar la supervivencia de este modelo. Y dio algunos datos reveladores: en España existen 3.996 cooperativas, que facturan 17.654 millones de euros y que cuentan con un millón de socios aproximadamente. Con esas cuentas, el promedio de ventas de una cooperativa nacional es, sencillamente, ridículo, con unos 4,4 millones de euros.
La conclusión es bien sencilla: el modelo mediterráneo se caracteriza por la atomización de sus cooperativas, a excepción de las «top ten», que controlan el 28 por ciento de la facturación.
Salvo esos «versos sueltos», lo normal es que la dimensión de las cooperativas sea baja. Nada que ver con el modelo que impera en el centro y norte de Europa, donde incluso se potencian las fusiones entre cooperativas de distintos países. Algo impensable en España y que a juicio de Marcén hay que empezar a cambiar.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias, las ideas están muy claras, según su presidente, que apostó sin dobleces por las alianzas «con independencia de dónde estén ubicadas» las sociedades. «Es la única forma de salir adelante», recalcó.
I+D+i
Del mismo modo que se confesó un defensor acérrimo del crecimiento mediante la suma de proyectos cooperativos, Fernando Marcén también advirtió que la segunda clave reside en la apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación.
También abordó las consecuencias de la crisis financiera mundial, que «está colapsando a algunas cooperativas», entre ellas las aceiteras que, según los industriales, son las responsables de la caída de precios porque están poniendo más aceite en el mercado del que se está demandando.