El fallo en las previsiones meteorológicas comienza a ser la nota habitual de este invierno, y esta vez con un resultado más dramático pues se han producido doce víctimas mortales por el temporal de viento. El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, máximo responsable de Protección Civil, parecía ayer no salir de su asombro porque «una vez más nos encontramos con que las previsiones meteorológicas se han quedado cortas». Eso sí, como el que no se consuela es porque no quiere, añadió que «todo el mundo» estaba avisado y los servicios de alerta preparados.
CATALUÑA
Apagón, luto y críticas a la imprevisión
En Cataluña la normalidad tras el vendaval es difícil de recuperar. Ayer había luto por las víctimas, apagones, críticas a la imprevisión y... miradas temerosas al cielo. Porque se esperaba otro episodio de vientos fuertes -aunque no tanto como los pasados-, para la pasada noche y hoy. El fuerte temporal que comenzó el pasado viernes se saldó en tierras catalanas con siete muertos: tres adultos y los cuatro niños de entre 9 y 12 años que perdieron la vida tras caerles encima el pabellón deportivo donde entrenaban a béisbol, en Sant Boi de Llobregat (Barcelona). Hoy se celebrará un funeral conjunto por los pequeños, mientras el resto de heridos en el siniestro, otros siete niños y dos monitores, siguen ingresados en hospitales y no se teme por sus vidas. Pero además de llorar a los muertos, la comunidad catalana arrastra otras secuelas. Cuarenta y seis mil abonados seguían ayer sin luz -de los más de 200.000 que quedaron a oscuras en la víspera-, principalmente en la comarca del Bajo Llobregat (Barcelona)-la más perjudicada y la que estudia ahora pedir la declaración de zona catastrófica- y la Cerdaña (Gerona). Por otra parte, se había restaurado casi la plena nomalidad en carreteras y transportes públicos. No obstante, mientras se intentaba volver a la normalidad, arreciaban las crítiacs sobre una posible falta de previsión por parte de la Generalitat. El consejero de Interior, Joan Saura, rechazó los ataques y aseguró que ya desde el viernes se advirtió a los municipios de los fuertes vientos. Con todo, el director general de Protección Civil, Josep Ramon Mora, admitió que es necesario un «proceso de mejora continua» y adelantó que habrá una «reflexión».
COMUNIDAD VALENCIANA
El fuego de La Nucía arrasó mil hectáreas
El vendaval dio un respiro ayer a los 700 efectivos que luchaban contra el incendio urbano-forestal declarado el pasado sábado en una zona de pinar de La Nucía (Alicante), tras la caída de una torre de alta tensión. Por la mañana, las condiciones meteorológicas permitieron que al operativo terrestre se sumaran diez medios aéreos que consiguieron extinguir el fuego sobre las seis de la tarde. En total, las llamas han arrasado 1.006,90 hectáreas de superficie, de las que 960 corresponden a zona forestal, según informaron desde el Centro de Coordinación de Emergencias. Asimismo, los 14.000 vecinos de las urbanizaciones de la zona que tuvieron que desalojar sus domicilios pudieron volver a sus casas y se afanaban ayer en las tareas de limpieza. Igualmente, los ancianos desalojados del geriátrico Montebello, situado en la zona, volvían a sus ocupaciones cotidianas en un ambiente de normalidad. No así varios vecinos de la urbanización «Nou Espai», muchos de los cuales encontraron a su regreso que las llamas habían afectado al interior y exterior de sus casas.
GALICIA
Hartazgo de decenas de miles de ciudadanos
Segundo revés meteorológico en pleno invierno en menos de un mes en Galicia, y de nuevo la imprevisión de las distintas administraciones ha quedado al descubierto. El temporal que este fin de semana azotó la Cornisa Cantábrica y, con especial violencia, la comunidad gallega, deja no ya el trágico saldo de tres víctimas mortales el sábado, sino un reguero de consecuencias en forma de falta de suministro eléctrico y telefónico a miles de familias de las zonas más afectadas por el viento. Al mismo tiempo que el ministro del Interior reconocía que las previsiones gubernamentales han vuelto a quedarse cortas ante la crudeza del temporal, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, cifraba en 100.000 familias las afectados por los cortes de luz, por encima de los 86.000 usuarios estimados por la Consejería de Industria. Unión Fenosa informó ayer que a media tarde pretendía restablecer el suministro eléctrico a la mitad de los hogares, alcanzando el 90% a las nueve de la noche. Las provincias más afectadas continúan siendo las de La Coruña con 51.000 usuarios sin suministro, y Lugo, con 24.600 clientes afectados, seguidas de Pontevedra, con 6.000, Orense, con 4.700. Las comarcas de la Mariña lucense y Ortegal en La Coruña, fueron las más castigadas. El viento también se llevó por delante postes telefónicos, lo que ha incomunicado a otros 30.000 usuarios de telefonía fija, y ha dejado a más de 10.000 sin conexión a internet. La Xunta no creía que la normalidad pudiera recuperarse ayer. Además, un tornado en la N-525, en Boqueixón (La Coruña), provocó daños en árboles, cables del tendido eléctrico y contenedores.



