La olla exprés es mano de santo para ahorrar tiempo y energía, pero tiene sus reglas. Si las sigues, tendrás guisos con sabor de chup-chup en la mitad de tiempo y sin sustos. Aquí van los consejos que realmente marcan la diferencia, probados y con fundamento.
10 consejos y trucos para cocinar de rechupete con tu olla exprés
Desespuma las legumbres
Antes de cerrar la olla, desespuma las legumbres con la tapa abierta para quitar el amargor de la primera espuma; el caldo queda más limpio y con sabor más nítido. Merece la pena empezar así y luego ya sí, cerrar y llevar a presión. Truco sencillo y muy efectivo.
No cargues de más tu olla
No sobrecargues: como norma general, no pases de dos tercios de su capacidad; si son alimentos que hinchan o espuman, mejor a la mitad. Así evitas obturaciones y garantizas una cocción uniforme. De paso cuidas la válvula.
Prepara los sofritos y sellados antes
La olla a presión no dora ni evapora, así que monta un buen sofrito previo en la propia olla (sin tapa) o en una sartén. Ese rato de cebolla, ajo, pimiento y tomate bien hechos es el “seguro” de sabor del guiso. Después, añade agua o caldo y cierra.
Añade líquido suficiente
Añade siempre líquido suficiente: al menos una taza de agua o caldo para generar vapor y presión. Revisa que la tapa esté bien cerrada y el indicador de bloqueo activo antes de subir el fuego. Parece obvio, pero es lo que más accidentes evita.
Libera bien la presión de la válvula
Al terminar, elige cómo liberar la presión según el alimento: natural para legumbres y carnes para que se asienten jugos y pieles, rápida para verduras firmes si no quieres que se pasen. No fuerces nunca los sistemas de seguridad ni tapes la válvula. Sentido común, ante todo.
Cuidado con los embutidos
Si vas a cocer embutidos con legumbre, pincha la tripa artificial antes de cerrar para evitar “geiseres” al cortar. Y recuerda que las patatas, si buscas un resultado impecable de presentación, quedan mejor en cocción convencional para que no se golpeen.
Mantenimiento y limpieza. Ayuda a que tu olla dure
Mantenimiento mínimo que alarga la vida: limpia la válvula tras cada uso, revisa la junta de goma y cámbiala cuando esté reseca o deformada. Una olla bien cuidada cierra mejor y alcanza presión sin sorpresas. Dos minutos hoy, cero disgustos mañana.
Sustituciones y variaciones útiles
En vez de agua, usa caldo suave de verduras o de pollo para subir el sabor sin enmascarar. Si no quieres grasas, haz el sofrito con menos aceite y desglasa con un chorrito de vino; el alcohol se evapora antes de cerrar. Para verduras delicadas, colócalas en cestillo al vapor y evita que naden en exceso de líquido.
Consejos para dietas específicas
Para una versión ligera, prescinde de embutidos y aromatiza con laurel, pimentón y piel de cítrico. En dietas sin gluten, vigila caldos comerciales y chorizos; mejores opciones certificadas. Si reduces sal, apuesta por caldos caseros y especias; la presión intensifica sabores y permite usar menos sal sin perder gracia.
Cocina “a dos alturas”
Coloca una rejilla o cestillo y, encima, un bol/recipiente apto para olla exprés para hacer dos preparaciones a la vez, por ejemplo guiso abajo y arroz, patatas o huevos arriba. Ahorra tiempo y energía; solo procura que los tiempos sean compatibles y que el recipiente interior no bloquee la válvula.
Con estos básicos, tu olla exprés pasa de “trasto del armario” a fichaje titular. Empieza por un potaje sencillo, pilla el punto a tu modelo y, cuando te quieras dar cuenta, tendrás los lunes resueltos en media hora. Ya verás cómo en casa te preguntan qué has hecho… y tú, tan pancho, dirás: “nada, darle al pitido a su hora”.
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