Lo que no sabes de los productos light

Lo que no sabes de los productos light

Con la creciente conciencia de la salud en la sociedad actual, muchas personas buscan opciones «más ligeras» en la dieta y en otros aspectos de su estilo de vida. La creencia común es que si algo es «light» o bajo en calorías, debe ser saludable. Sin embargo, esto no siempre es cierto. La verdad es que «light» no es sinónimo de sano, y en este artículo explicaremos por qué.

En primer lugar, es importante entender qué significa «light». La palabra «light» se refiere a una reducción en la cantidad de calorías, grasa, azúcar u otros ingredientes en comparación con la versión normal del producto. Por ejemplo, una bebida «light» suele contener menos azúcar, se suele sustituir el azúcar por otros ingredientes, o en su lugar contener edulcorantes artificiales, mientras que un queso «light» suele contener menos grasa que su opuesto normal.

Aunque esto puede parecer una opción saludable, el problema es que la mayoría de los productos «light» tienen menos nutrientes y pueden contener otros ingredientes para suplir el sabor o la palatabilidad que aportan los azúcares o grasas poco saludables. Espero que este artículo os aclare todas vuestras dudas tal como hicimos en «el azúcar oculto en los alimentos» que tan buena acogida ha tenido.

Bajo contenido en azúcares no es lo mismo que sin azúcares

Muchas personas creen erróneamente que los términos «bajo en azúcares» y «sin azúcares» son sinónimos, pero en realidad, tienen significados diferentes y es importante comprender las diferencias.

Cuando un producto se etiqueta como «bajo en azúcares«, significa que tiene una cantidad reducida de azúcares en comparación con un producto estándar. Por lo general, se considera que un producto es «bajo en azúcares» si contiene menos de 5 gramos de azúcares por cada 100 gramos de producto. Sin embargo, esto puede variar según la regulación local. Solemos encontrar esta categoría en yogures o productos lácteos que de forma natural poseen un bajo contenido en azúcares y no necesitan ningún edulcorante para suplir el sabor.

Por otro lado, cuando un producto se etiqueta como «sin azúcares», significa que no contiene azúcares añadidos. Esto no significa que el producto no contenga azúcares naturales, como los que se encuentran en la fruta. Los productos etiquetados como «sin azúcares» suelen contener edulcorantes artificiales u otros sustitutos del azúcar para mejorar el sabor.

Es importante tener en cuenta que solo porque un producto es «bajo en azúcares» o «sin azúcares» no significa necesariamente que sea saludable. Sobre todo, los que llevan la etiqueta «sin azúcar» o “sin azúcares añadidos” normalmente contienen aditivos y conservantes poco saludables, así como grasas y calorías adicionales para suplir el sabor. Además, algunos edulcorantes artificiales utilizados en los productos «sin azúcares» pueden tener efectos negativos en la salud a largo plazo, como los ya tan populares polialcoholes que tienen un efecto adverso para nuestra microbiota.

¿Es “bajo contenido en grasa” sinónimo de saludable?

Un producto se considera bajo en grasas si contiene menos de 40 gramos de grasa por cada 100 de producto. Los productos etiquetados como «bajos en grasa» han sido procesados de alguna manera para reducir la cantidad de grasas en su contenido. El proceso de producción puede variar según el tipo de producto y el fabricante, pero en general, hay tres métodos comunes utilizados para reducir el contenido de grasas en los alimentos.

El primer método es la eliminación física de grasas. En algunos productos, como la carne, la grasa se puede cortar y retirar manualmente. En otros casos, como los productos lácteos, la grasa se puede separar mediante un proceso de centrifugado. Este proceso implica someter la leche a una fuerza centrífuga para separar la grasa de la leche.

El segundo método es la sustitución de grasas. En lugar de eliminar la grasa, algunos fabricantes optan por reemplazar la grasa con otros ingredientes que tienen un sabor y textura similares. Por ejemplo, se pueden utilizar carbohidratos o proteínas para reemplazar la grasa en algunos productos.

El tercer método es el procesamiento químico. Este método implica la hidrogenación de grasas insaturadas, convirtiéndolas en grasas saturadas sólidas a temperatura ambiente. Estas grasas hidrogenadas, también conocidas como aceites parcialmente hidrogenados, se utilizan a menudo en productos procesados como margarinas, bollería y aperitivos salados.

Por otro lado, existen grasas saludables que son esenciales para nuestro cuerpo, como las grasas insaturadas que se encuentran en alimentos como el aguacate, los frutos secos o semillas, los lácteos y el aceite de oliva. Estas grasas son necesarias para la absorción de vitaminas y minerales y para el funcionamiento adecuado del cerebro y el corazón. Por eso, escoger productos desgrasados como la leche desnatada o quesos light, no es siempre una opción más saludable.

Es importante tener en cuenta que los productos «bajos en grasa» pueden no ser necesariamente más saludables que los productos con un contenido normal de grasas. En muchos casos, se agregan azúcares y otros aditivos para mejorar el sabor y la textura de los productos. Además, algunos productos bajos en grasa pueden contener cantidades significativas de carbohidratos refinados, que pueden ser perjudiciales para la salud. Normalmente los productos «bajos en grasa» han sido procesados para reducir su contenido de grasas. Los métodos utilizados para reducir la grasa pueden variar desde la eliminación física hasta la hidrogenación química, pasando por aditivos de otros ingredientes para suplir el sabor y la textura que aporta la grasa.

Por ejemplo, muchos alimentos «light» tienen un alto contenido de sodio para mejorar el sabor y la textura después de la eliminación de la grasa. Sin embargo, el sodio en exceso puede ser perjudicial para la salud y puede aumentar la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Otro problema con los productos «light» es que suelen ser menos saciantes. Si un producto se comercializa como «light», es probable que tenga menos grasa y menos calorías, pero también puede tener menos sabor y textura. Como resultado, las personas que consumen alimentos «light» pueden sentirse menos satisfechas después de comer y, en última instancia, pueden comer más para compensar.

¿Cómo podemos saber qué alimentos son realmente saludables?

En lugar de buscar productos «light», es importante leer las etiquetas de los alimentos y buscar opciones naturales y frescas. En general, los alimentos integrales, como frutas, verduras, carnes magras y granos enteros, son más saludables que los alimentos procesados. Además, se recomienda limitar la ingesta de alimentos procesados y elegir alimentos con menos aditivos y conservantes.

En conclusión, la creencia de que «light» es sinónimo de sano es un mito. Muchos alimentos «light» pueden contener menos calorías y grasa, pero también pueden contener más sodio, edulcorantes artificiales y otros ingredientes poco saludables. En lugar de buscar productos «light», es importante leer las etiquetas de los alimentos y buscar opciones naturales y frescas para una dieta más saludable y equilibrada.

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Categorías: Actualidad gastronómica

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