Galangal: qué es, para qué sirve y cómo usar esta raíz aromática en tu cocina

Galangal: qué es, para qué sirve y cómo usar esta raíz aromática en tu cocina

Hay ingredientes que llegan para sacudirte el paladar y hacerte replantear lo que sabes de cocina. El galangal es uno de ellos. Parece un primo lejano del jengibre, huele a bosque húmedo con limón y pino, y tiene un sabor tan particular que, cuando lo pruebas por primera vez, no sabes si estás ante una raíz, un perfume o un ingrediente mágico.

Lo mejor es que, una vez entra en tu cocina, te abre un mundo entero de platos aromáticos, caldos potentes y curris que saben a puro sudeste asiático sin necesidad de coger un avión.

Si te gustan los sabores intensos, frescos y diferentes, el galangal es una joya. Y si no sabes por dónde empezar, aquí tienes una guía completa para entenderlo, usarlo y disfrutarlo sin complicarte la vida.

Qué es el galangal

El galangal es una raíz aromática originaria del sudeste asiático, especialmente de Tailandia, Indonesia y Malasia. Pertenece a la misma familia que el jengibre y la cúrcuma, pero tiene personalidad propia: su sabor es más fresco, más limpio y con toques cítricos y ligeramente picantes.

En la cocina suele encontrarse en dos versiones:

  • Galangal fresco: duro, fibroso y con una piel clara. Su aroma es mucho más intenso.
  • Galangal seco o en polvo: más suave y cómodo de usar, aunque pierde parte de esa chispa característica.

En muchos recetarios aparece como “kha” (en tailandés) o “lengkuas” (en indonesio). Si ves esos nombres, ya sabes de qué hablan.

Para qué sirve el galangal

El galangal se utiliza sobre todo para aportar aroma, frescor y profundidad a una receta. No se come a mordiscos —a no ser que quieras un susto—, sino que desempeña un papel parecido al del laurel o el jengibre: dar sabor, no protagonismo.

Sirve para:

  • Perfumar caldos y sopas, sobre todo los de estilo tailandés.
  • Aportar frescor cítrico a curris rojos, verdes o amarillos.
  • Marinar carnes, pescados o mariscos.
  • Preparar pastas aromáticas base, como la famosa pasta de curry tailandesa.
  • Elaborar infusiones digestivas.

Su sabor combina especialmente bien con coco, limón, hierba limón (lemongrass), chile y cilantro.

Origen e historia del galangal

El galangal se cultiva desde hace siglos en el sudeste asiático y tiene una larga tradición tanto culinaria como medicinal. En la Edad Media llegó a Europa gracias a las rutas comerciales árabes, y durante un tiempo se utilizó incluso más que el jengibre.

En la medicina tradicional asiática se ha empleado para:

  • facilitar la digestión
  • aliviar resfriados
  • mejorar la circulación
  • reducir inflamaciones

Aunque hoy en día lo conocemos sobre todo por su papel en la cocina tailandesa, su historia es mucho más amplia y está profundamente ligada a las culturas de Indonesia y Malasia, donde se usa tanto como la cebolla o el ajo en nuestra cocina.

Cómo usar galangal en tu cocina

El galangal se puede usar de varias formas, según el plato:

Galangal fresco

La versión más aromática. Se utiliza:

  • cortado en rodajas gruesas
  • rallado
  • machacado en mortero
  • añadido entero y retirado antes de servir

La raíz es muy dura, así que corta con buen cuchillo o pelador resistente.

Galangal seco

Perfecto para caldos y guisos que necesiten tiempo de cocción. Basta con añadir unas rodajas secas y dejarlas liberar su aroma.

Galangal en polvo

La opción cómoda. No aporta tanta frescura, pero sirve para:

  • curris rápidos
  • marinados
  • adobos
  • mezclas de especias

Una pizca es más que suficiente.

Platos donde el galangal brilla especialmente

Aquí tienes los típicos donde el galangal no solo encaja, sino que es clave para el sabor final:

  • Tom Kha Gai: la sopa tailandesa de pollo con coco aromatizada con galangal, lima kaffir y lemongrass.
  • Tom Yum: una sopa ácida y picante donde el galangal aporta ese toque fresco tan reconocible.
  • Curris tailandeses: el galangal es parte fundamental de muchas pastas de curry.
  • Salteados aromáticos: ideal en platos con marisco, tofu o pollo.
  • Marinados para pescados: combinado con lima y chile queda espectacular.

Cómo conservar el galangal

Truco importante: el galangal fresco dura poco si lo dejas tal cual en la nevera.

Para conservarlo bien:

  • Congélalo en rodajas. Puedes usarlo congelado directamente en sopas y curris.
  • Guarda el galangal seco en un tarro hermético.
  • Conserva el galangal en polvo lejos de la luz y la humedad.

Así te aseguras de tener siempre un toque aromático listo para usar.

Curiosidades sobre el galangal

  • En algunas zonas se considera un “afrodisíaco natural”.
  • Su nombre proviene del árabe “khalanjan”, que significa “jengibre dulce”.
  • Los elefantes en ciertas regiones arrasan las plantaciones porque les encanta su aroma.
  • Puede usarse en infusiones digestivas muy suaves rallando una pizca en agua caliente.

El galangal es de esos ingredientes que, una vez los pruebas, no se olvidan. Aporta frescor, chispa, un punto cítrico irresistible y un aroma que transforma cualquier sopa o curry en algo especial. No es complicado de usar: un par de rodajas bien puestas y ya tienes un plato con alma asiática sin complicarte la vida. Así que si te apetece salir un poco de la rutina y darle un toque aromático nuevo a tu cocina, el galangal es tu aliado. Pequeño, poderoso y capaz de despertar hasta al plato más soso.

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Categorías: Actualidad gastronómica Aprende a cocinar: técnicas, trucos y consejos

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