Muchos de vosotros me habéis preguntado muchísimas veces por la sal en la comidas, ¿Cuánto debo de añadir es esta u otra receta?¿5 gramos es suficiente para hacer un guiso…?¿Una pizca cuánto es? Tengo que tomar poca sal, ¿dime cuánto tengo que echar a mis comidas?
No soy médico, sólo intento que nuestras recetas salgan lo mejor posible, y que en casa podáis disfrutar de rechupete con nuestras propuestas y leáis un poco con nuestros artículos, porque hay que ser curiosos y aprender un poco sobre lo que comemos. Por eso desde hace muchos años hemos cambiado en los ingredientes la medida sugerida de sal por “al gusto de cada casa” para que cada uno adapte este ingrediente en su forma de cocinar en casa.
¿Cuánta sal debo tomar al día?
La OMS recomienda el consumo diario de sal de menos de 5 gramos (2 g. de sodio), la medida que equivale a una cucharilla de café de este ingrediente. Esto se debe al mal consumo que hemos hecho durante años superando este límite y perjudicando nuestra salud. Vamos, que nos gusta el salero. El problema es que muchos alimentos ya tienen sal añadida y entonces nos es imposible medir los 5 gramos diarios que nos recomiendan. Pero lo que sí podemos es reducir el consumo.
La sal es necesaria para nuestro organismo, ayuda a regular el volumen sanguíneo y la presión arterial, a transmitir los impulsos nerviosos y construir los músculos, pero si nos pasamos con el empleo de la sal puede conllevar peligros de hipertensión, problemas cardiovasculares y renales.
Por una mejor salud para todos, la conciencia de reducir el consumo de sal se ha instalado en todos los hogares, restaurantes y también en productos procesados (snack, comida preparada, envasados.) Es una cuestión de conciencia y cambio de hábitos. Pero a veces necesitamos un empujón como el que hoy os quiero dar para mejorar los hábitos saludables con el toque de sal justa. Entre todos poco a poco podemos.
Consejos de rechupete para disminuir el consumo de sal
Aquí os dejamos algunos consejos que podéis aplicar para reducir el contenido de sal de vuestra dieta. Tranquilos, no es necesario que sigáis a la vez todos nuestros consejos, tan solo poco a poco, para encontrar el sabor suficiente y que vuestro paladar no lo note. Por suerte, el paladar se acostumbra rápidamente a los cambios. Y cada paso será por una mejor salud.
1. ¿Dónde tengo que tener más cuidado?
Hay muchos alimentos que consumimos en nuestro día a día que llevan gran cantidad de sal y es ahí, donde tenemos que poner el foco. Tan sólo por daros algunos ejemplos:
- Snacks: patatas de bolsa, frutos secos, nachos, galletas saladas.
- Cereales del desayuno: Por muy raro que parezca, muchos llevan sal. Echa un vistazo a la etiqueta.
- Salsas: kétchup, mostaza, salsa de tomates, cualquier salsa.
- Embutidos y salchichas: cualquier tipo de embutidos y paquetes de salchichas, así como chistorra o butifarra llevan una elevada cantidad de sal.
- Quesos: Cuanto más curados, más sal llevan.
- Encurtidos: Los encurtidos utilizan una solución de sal para conservarlos.
- Conservas: Cualquier bote o lata de conservas lleva sal. Puedes enjuagar el contenido antes para eliminar parte de la sal.
- Pan: El pan suele llevar gran cantidad de sal que no podemos controlar. A no ser que lo hagas tú mismo.
- Adobos: En los adobos para carnes tampoco controlamos la cantidad de sal que han añadido y es mejor hacerlo nosotros mismos.
- Pastillas concentradas: Las típicas pastillas para enriquecer caldos y guisos suelen llevar gran parte de sal.
2. Reduce el consumo poco a poco
Normalmente, cuando el médico nos dice que tenemos hipertensión y debemos reducir el consumo de sal, cometemos el error del cambio drástico por no consumir nada de sal. Como he dicho antes, esto es perjudicial para la salud.
Esto es un error, debemos ir reduciendo poco a poco para educar a nuestro paladar a comer con menos sal. Un poco de paciencia será suficiente.
Podéis empezar por poner la mitad de sal que soléis añadir a vuestras recetas, o retirar el salero de encima de la mesa y poner el pimentero, podéis combinar la sal con las especias o condimentos que más os gusten, acostumbraros a no añadir sal al cocer pasta, arroz o patatas.
3. Elige alimentos frescos y comida casera
- Si queremos controlar de verdad la cantidad de sal que consumimos a diario, tenemos que empezar por consumir alimentos naturales y cocinados de forma casera. Así tendremos el control de sal en nuestras manos.
- Entendemos que es muy difícil no sobrepasar en el consumo de sal a diario porque estamos rodeados de un montón de productos que lo incluyen. En fin, son tantos los alimentos que consumimos y no nos damos cuenta de que llevan sal, que no controlamos finalmente la cantidad.
- La única solución en la medida de lo posible es consumir solo alimentos naturales y preparados con nuestras manos.
4. Especias, hierbas, condimentos y ácidos
Las diferentes especias, hierbas frescas y condimentos son una buena opción saludable para dar más sabor a vuestras elaboraciones, bien como sustitutivo de la sal en algunos platos o como añadido para reducir el porcentaje de sal, pero seguir manteniendo un sabor auténtico. Potencian el sabor y los aromas
Otra opción es añadir unas gotas de limón, lima o cualquier tipo de vinagre como manzana, Jerez, Módena, vino o arroz. La variedad y versatilidad es muy amplia para dar sabor a vuestras recetas, simplemente hay que echarle imaginación e ir probando cuál os gusta más.
5. Leer las etiquetas en alimentos procesados
- Leer las etiquetas y saberlas entender es una asignatura pendiente para muchos. Nos dan mucha información de los ingredientes y el valor nutricional del contenido, y a la hora de elegir podemos valorar y comparar la cantidad de sal que contienen.
- Pero os encontraréis que en muchas etiquetas no aparece la cantidad exacta de sal, sino de sodio (6 g de sal equivalen a 2,5 g de sodio). Y a veces aparece la cantidad por ración, así que te será un poco lioso, pero en ponerle ganas.
- La próxima vez que llenes el carro de la compra, fíjate bien y elige la opción más saludable. Sustituye los productos que compras por versiones sin sal añadida o bajas en sal.
Y sobre todo… Antes de añadir sal piensa si realmente es necesario.
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