Cómo conservar correctamente tus salsas

Cómo conservar correctamente tus salsas

No hay discusión: una buena salsa es sinónimo de éxito. Justamente por eso, cuando preparamos esa salsa perfecta, con la que todo el mundo nos felicita, lo último que queremos es que se nos eche a perder. Pasa lo mismo con las salsas que compramos, cuando por fin encontramos esa marca con la que se nos cae la baba, es todo un fastidio que se ponga mala.

Hoy venimos a ayudaros con este problema, a intentar que esa salsa romesco o ese pesto con nueces se conserven bien y podáis disfrutar de ellos al máximo. Caseras o compradas, te dejamos unos cuantos consejos para conservar bien vuestras salsas favoritas.

Conservación de salsas caseras

Sí, las salsas no son súper saludables, pero hacerlas caseras evitará el consumo de esos ultraprocesados tan perniciosos y nuestras salsas serán un poco menos malas. De hecho, seguro que están más ricas. Para que no se nos pongan malas, tenemos que tener en cuenta ciertas cosas, como, el tipo de salsa, sus ingredientes, y el envasado.

Conservación de salsas por tipos a corto plazo

Salsas blancas

Bases tan ricas como la bechamel, la mayonesa u otros ejemplos son elementos perfectos para recetas geniales, pero muchas veces un dolor de cabeza para que no se te pongan malas. Aquí el truco es sencillo: deben estar refrigeradas de 3 a 5 días.

Salsas oscuras

Estas salsas, que se usan para acompañar a la carne y normalmente tienen de base un fondo oscuro, suelen tener una alta cantidad en proteínas y carbohidratos. Esto es la tormenta perfecta para que se nos echen a perder, así que, si no se van a consumir de manera inmediata, lo mejor es hacer un baño maría con agua con hielos para enfriarla y dejarla en nuestro frigorífico. Eso sí, no durarán más de uno o dos días.

Salsas de frutas y verduras

La clave para evitar que se nos echen a perder es mantenerlas refrigeradas en una temperatura de entre 0 y 4 grados. La duración ronda la semana, pero a partir de ahí empieza a ser terreno pantanoso su consumición, así que no dejes que se te eche a perder salsa de tomate frito casera.

Conservación de salsas caseras a largo plazo

Si habéis hecho una gran cantidad de salsa y lo que queréis es conservarla para dentro de un tiempo, tenemos dos métodos para hacerlo.

1. Congelar la salsa

Con esto os puede llegar a durar alrededor de un año. El truco es usar un buen tarro (o bolsa al vacío, en su defecto). Lo más importante será el proceso de descongelación. Cuando vayáis a descongelar, acordaos de meter la salsa en el frigorífico 24 horas antes, si no la cadena de frío podría romperse y facilitar la producción de microorganismos.

En muchas recetas nos piden que utilicemos una o dos cucharadas de una salsa de tomate frito o otro tipo de salsa (por ejemplo en un pollo al curry o un plato de pasta con pesto verde) y si es casero mucho mejor. Pero ahí nos encontramos con un pequeño problema. ¿Qué hacemos con el resto del envase? Para esto, siempre tengo cubitos de mi salsa preferida lista para usar en guisos de carne o unas lentejas. Sacar del congelador y listo para usar.

2. Hacer vacío al baño María

  1. Ponemos las tapas de los botes donde vamos a preparar nuestras conservas a cocer en agua: En cuanto comiencen los primeros borbotones retiramos. En caliente, vamos tapando los botes con su correspondiente tapa. Colocamos los botes cerrados en una olla grande con agua, que rebase unos 5 cm. a los botes.
  2. Hacemos una primera capa, colocamos un trapo. Ponemos una segunda capa de botes, procurando que el agua quede siempre por encima de los botes. Cocemos al baño maría durante 10 minutos mínimo. Al cabo de ese tiempo se apaga el fuego. Dejamos que se enfríen en ese recipiente. Durante este proceso puede que algún bote pierda líquido, es normal no pasa nada.
  3. Una vez fríos, secamos y guardamos nuestros botes en un lugar limpio, seco y donde no le dé mucho la luz.
  4. Primero los colocaremos invertidos (con la tapa hacia abajo) para favorecer el sellado. Y en una semana aproximadamente les damos la vuelta. Estas conservas de tomate frito están perfectamente esterilizadas y cerradas. Con lo que durarán todo un año o incluso más tiempo.

Unas conservas perfectas para todo el año, haga frío o calor. Así, vuestra salsa durará alrededor de seis meses, sin necesidad de congelarla.

«Comentáis que se meten los tarros ya cerrados y con agua que les cubra solo un poco. Que les pongamos un trapo y encima otra capa de tarros, mi pregunta sería esta: si solo se tienen que llenar un poco por encima de su tapa ¿al ponerles otra capa de tarros encima tenemos que poner más agua para que a los que están arriba les llegue el agua también hasta el borde? ¿entonces los de abajo se llegan a tapar por completo de agua? Si queremos que los que están encima les llegue el agua.

Yo lo que hacía es poner solo una tanda de frascos y encima de ellos nada. Para no tener que sobrepasar mucho el nivel del agua, luego meto otra tanda y así hasta que termino. Me lo podéis aclarar por favor. Si es que yo no lo he entendido bien, pero ya digo dos capas de frascos una encima de otra… los de abajo se tapan por completo de agua. Aparte que tiene que ser una olla super honda, para que entren dos capas una encima de otra.»

A esta pregunta:

«El hecho de realizar las dos filas de tarros es para ahorrar tiempo nada más. Si lo prefieren que lo hagan de una en una capa, pero lo importante es que el agua cubra los botes. Se recomienda que sobrepase como mínimo unos 4-5 cm por encima de la tapa de los botes. Es para que sea más fácil calentar el agua y tampoco desperdiciarla. Lo de poner un trapo de tela en la base de cada capa de botes es importante. Para que asienten y no choquen entre ellos. En caso contrario pueden llegar a estallar.»

Conservación de salsas preparadas

Todos los trucos aquí al final giran en torno a lo mismo: saber qué salsa tenemos entre manos. Para ello, tenemos que leer bien la etiqueta del fabricante, porque normalmente ahí vienen las indicaciones de conservación. Normalmente, una vez abiertas, lo mejor es que las salsas permanezcan en el frigorífico.

Tendremos que ser especialmente cuidadosos con salsas con huevo, porque una vez abiertas se ponen malas fácilmente. Lo recomendable con la mayonesa, por ejemplo, es no dejarla más de cuatro días, aunque esté refrigerada. Aun así, hacer caso de las etiquetas siempre es la mejor opción.

Ahora bien, hay un tipo de salsa con a que podemos ser más permisivos: las salsas con grandes cantidades de sal y vinagre. Generalmente, estas salsas tienen un alto contenido en pH, lo que dificulta el crecimiento de microorganismos perniciosos para nuestra salud. Dicho de manera más sencilla, no tendremos que preocuparnos por guardar la salsa de soja en el frigorífico, porque aguantan bien a temperatura ambiente.

En resumen…

Con todo esto, ya tenéis los mejores consejos para que esas salsas que tanta alegría le dan a nuestras recetas os duren lo que necesites. La verdad es que la salsa le da salsa a la vida. Y vosotros, ¿cuál es la salsa sin la que no podríais vivir?

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Categorías: Aprende a cocinar Ingredientes y alimentos

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