Name: Coles de bruselas al horno
Total time: 35 min
Yield: 3
Cuisine: belga
Ingredients: 500 g de coles de Bruselas frescas; 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra; Sal y pimienta negra recién molida; 2 dientes de ajo picados; 1 cucharadita de vinagre balsámico; 40 g de queso parmesano rallado; 1 cucharadita de miel (opcional, para dar brillo y dulzor)

Para 3 1.2€/pers. 110kcal/100g

Ingredientes

500 g de coles de Bruselas frescas
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra recién molida
2 dientes de ajo picados
1 cucharadita de vinagre balsámico
40 g de queso parmesano rallado
1 cucharadita de miel (opcional, para dar brillo y dulzor)

Hay recetas que cambian por completo la forma de ver una verdura, y las coles de Bruselas al horno son el ejemplo perfecto. Durante años han tenido mala fama por culpa de hervidos interminables y ese olor fuerte que tiraba para atrás a más de uno. Pero cuando se asan, la cosa cambia: su sabor se vuelve dulce, el exterior se carameliza y el interior queda tierno y jugoso.

En casa, son una guarnición de lujo que se prepara sin esfuerzo y que combina con todo. Con ajo, parmesano y un toque de vinagre balsámico, estas coles dejan claro que las verduras pueden ser tan irresistibles como cualquier plato principal.

Origen

Las coles de Bruselas son originarias del norte de Europa, concretamente de Bélgica, y su cultivo se documenta ya en el siglo XIII. En aquella época eran un alimento de invierno, resistente al frío y muy nutritivo. A España llegaron mucho más tarde, y durante años fueron un acompañamiento poco habitual fuera de los menús de Navidad.

La técnica de asarlas, muy común en el Reino Unido y Estados Unidos, se popularizó aquí hace poco, cuando las freidoras de aire y los hornos modernos facilitaron dorarlas sin esfuerzo. Hoy son tendencia por su sabor intenso y su versatilidad: al horno, salteadas, con bacon, con queso o incluso en ensalada tibia. Una verdura humilde convertida en plato estrella gracias a una cocción distinta.

Puedes probar las berenjenas al horno con miel, unas empanadillas de verduras al horno o un gazpacho asado, todas ellas preparaciones que comparten la técnica de horneado de verduras y ofrecen guarniciones o platos ligeros que van muy bien con cocinas mediterráneas vegetales.

Receta casera de coles de Bruselas al horno

Preparación inicial

Precalentamos el horno a 200 °C con calor arriba y abajo. Mientras se calienta, preparamos las coles de Bruselas.
Las lavamos bien bajo el grifo, retiramos las hojas externas si están dañadas y cortamos la base. Si son grandes, las partimos por la mitad; las pequeñas pueden dejarse enteras.

Las colocamos en un bol amplio y añadimos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra, un poco de sal y pimienta negra molida. Mezclamos con las manos o con una espátula para que todas queden bien cubiertas.
Añadimos los dientes de ajo picados, el vinagre balsámico y, si queremos un punto más goloso, una cucharadita de miel. Esta mezcla ayuda a que las coles se caramelicen mejor durante el horneado.

Horneado y presentación

Forramos una bandeja con papel de horno y repartimos las coles en una sola capa. Es importante que no se amontonen para que se asen, no se cuezan.
Introducimos la bandeja en el horno y horneamos durante 25-30 minutos. A mitad del tiempo, abrimos la puerta, las removemos con una espátula y volvemos a hornear hasta que estén doradas.
En los últimos cinco minutos, espolvoreamos el queso parmesano rallado por encima para que se funda y forme una costra crujiente.
Sacamos del horno y servimos calientes, recién hechas, con ese aroma tostado y el queso fundido como toque final.

El resultado son unas coles de Bruselas al horno doradas, tiernas por dentro y con un sabor equilibrado entre el dulzor natural del vegetal, la acidez del vinagre y el toque salado del queso. Nada que ver con las coles hervidas de toda la vida.

Consejos para unas coles de Bruselas al horno de rechupete

Usa coles frescas y compactas. Las congeladas pueden servir, pero nunca quedan igual de crujientes.
No escatimes en temperatura: el calor alto es lo que consigue ese dorado perfecto y evita que se ablanden.
Si no te gusta el vinagre balsámico, sustituye por zumo de limón, que aporta frescura y realza el sabor.
El queso parmesano se puede cambiar por grana padano o incluso un queso manchego curado.
Añadir trocitos de bacon o panceta antes de hornear da un contraste espectacular entre el crujiente salado y el dulzor de la col.
Si vas con prisa, prueba la misma receta en freidora de aire a 180 °C durante 15 minutos: el resultado es muy parecido.
Estas coles combinan de maravilla con carnes asadas, pescados al horno o incluso con arroz blanco.

Curiosidades de rechupete

Las coles de Bruselas pertenecen a la misma familia que la col, el brócoli o la coliflor. Son una auténtica bomba de vitaminas A, C y K, además de fibra y antioxidantes. Su mala fama viene de cocciones demasiado largas: al hervirse, liberan compuestos azufrados que intensifican su olor y amargor. Al asarlas, esos compuestos se reducen y el calor transforma los azúcares naturales en caramelos dorados, lo que cambia completamente su sabor.

En Bélgica, su país de origen, se cultivan más de cien variedades distintas, y algunas llegan a pesar casi tanto como una pelota de golf. Además, son tan apreciadas que incluso hay festivales gastronómicos dedicados exclusivamente a ellas.

Si aún piensas que las coles son aburridas, dale una oportunidad a estas coles de Bruselas al horno. Con ajo, parmesano y un toque balsámico, se transforman en una guarnición espectacular que conquista hasta a los más escépticos.

Es una receta sencilla, económica y perfecta para cualquier ocasión: desde un acompañamiento elegante hasta una cena ligera con pan y un vino blanco frío. Pruébalas una vez y verás que no hay vuelta atrás: las coles han pasado de castigo infantil a capricho gastronómico.

Última revisión: 7 noviembre 2025

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