Bebidas energéticas ¿Son buenas para tu salud?

Bebidas energéticas ¿Son buenas para tu salud?

¡Quien no se haya tomado alguna vez una bebida energética que levante la mano! Seguro que en algún momento de cansancio o fatiga hemos recurrido a ellas: épocas de exámenes, problemas de sueño, cansancio acumulado… Todos las conocemos, pero, ¿son realmente beneficiosas?

¿Cuando aparecen las bebidas energéticas?

Ya en 1906 una de las marcas más conocidas de bebidas con gas registró su brebaje como “bebida energética”, debido exclusivamente a su alta concentración de cafeína. Unas décadas más tarde en 1962, en Japón, se comercializa una bebida con taurina, vitaminas del grupo B, niacinas y ginseng. Poco después, en Tailandia, se le añadiría la cafeína y el azúcar.

A partir de 1970, las grandes compañías de bebidas iniciaron la producción con diferentes concentraciones de cafeína y azúcar, e incluso llegaron a añadir guaraná en algunas de ellas. En 1987, en Austria, surgió la más conocida de todas: Red Bull.

El marketing y la publicidad jugaron un papel muy importante en el auge de estas bebidas en Europa a finales de los años 80, y a día de hoy sigue siendo la principal herramienta para que su consumo no solo no decaiga, sino que aumente exponencialmente. Sólo en Europa, se estima que se consumen unos 4.000 millones de litros anuales.

A día de hoy, las bebidas energéticas están de moda entre los adolescentes

Enfocadas a los jóvenes, estas campañas utilizan un lenguaje informal, atractivo y agresivo, incentivando el consumo para vivir “aventuras y emociones fuertes”. Suelen estar dirigidas para deportistas y aventureros, ya que prometen un aumento del rendimiento de sus entrenamientos y de la concentración. Es común ver en las mesas de las ruedas de prensa de deportistas de alto nivel la típica lata de Red Bull o Monster (por mencionar alguna), dando a entender que dicho deportista la consume. Pero no solo se quedan ahí.

Las tecnologías y las redes sociales juegan un papel muy importante en el crecimiento de estas bebidas. Actualmente existen “influencers” y “gamers” que promueven las mismas, apareciendo en sus videos consumiendo alguna de ellas. Las bebidas energéticas, con su mezcla de cafeína y otros ingredientes estimulantes, se han vuelto cada vez más populares, especialmente entre los adolescentes y preadolescentes. Están de moda y es una tendencia peligrosa si no conoces los riesgos asociados a su consumo.

Obviamente se trata de publicidad encubierta, por lo que el influencer está generando ingresos por el único hecho de tomarse una bebida en uno de sus videos, consiguiendo así que sus seguidores copien a su ídolo y consuman dicha bebida.

Cada vez más adolescentes están optando por las bebidas energéticas, más del 40% de los jóvenes de 15 a 24 años han consumido estas bebidas en el último mes. Además, el informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) destaca que un asombroso 62% de los adolescentes las prefieren a otro tipo de bebidas, refrescos y zumos.

El informe de AESAN también subraya los posibles riesgos para la salud y recalca que los ingredientes de estas bebidas, como la cafeína, no han sido evaluados para menores de edad. Estos productos no han sido probados en niños y adolescentes, y no se puede garantizar su seguridad para este grupo de edad. Estas bebidas están diseñadas para brindar una sensación temporal de energía, combatir el cansancio y mejorar la concentración y el rendimiento físico y mental. Contienen ingredientes como cafeína, taurina, guaraná y ginseng, que actúan como potenciadores de la cafeína. Una mezcla perfecta para que un adolescente quiera y consuma este tipo de bebidas. Un cóctel peligroso si no se controla su consumo.

Pero entonces, ¿no se deben consumir?

Aquí entran en juego numerosos factores a tener en cuenta, por lo que cada persona debe conocer cuál es su estado de salud.

Estas bebidas tienen un contenido muy alto de cafeína y azúcar, entre otras sustancias. ¡Ojo! La cafeína no es mala. En su justa medida, ayuda a mantener el estado de alerta y a eliminar en parte la somnolencia. Pero según la marca de bebida que se tome, y por supuesto la cantidad, podríamos equiparar una sola lata al consumo de 4 cafés.

Personas con problemas de tensión, cardiopatías o estados de ansiedad deberían reducir e incluso eliminar el consumo de las mismas, ya que diversos estudios demuestran los efectos negativos de las bebidas energéticas con estas enfermedades, tales como: insomnio, hipertensión, deshidratación, convulsiones, arritmias, trastornos cardíacos graves y obesidad entre otros.

La edad es otro de los factores a tener en cuenta, ya que su consumo se está extendiendo y normalizando entre jóvenes de 14 y 18 años.  Además de la larga lista de efectos adversos que pueden provocar en sus organismos, se añade la falsa sensación de sobriedad cuando se mezclan con bebidas alcohólicas, así como la euforia y la falta de sensación de peligro en diversas situaciones.

Tampoco están recomendadas para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, no tanto por la cafeína (que también, debido a lo elevado de su composición), sino por otros ingredientes que desaconsejan los expertos consumir en estos períodos: taurina, L-carnitina, glucuronolactona, guaraná, ginseng y vitaminas del grupo B.

Actualmente existe un informe de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) donde hace las siguientes recomendaciones.

Cuándo evitar el consumo de bebidas energéticas

Niños, niñas y adolescentes

La mayoría de este tipo de bebidas contienen mucho azúcar y mucha cafeína. Con un elevado consumo (2-3 latas al día de manera prolongada) puede tener los siguientes efectos secundarios estudiados incluyen:

  • Impacto en el sistema cardiovascular: La taurina, un ingrediente común en estas bebidas, se ha asociado con un aumento en la frecuencia cardíaca y la agitación en algunos estudios.
  • Afectación del sistema nervioso: Si un adolescente tiene trastornos ansiosos o maníacos previos, estos síntomas se pueden agravar.
  • Resistencia a la insulina: El alto contenido de azúcar en las bebidas energéticas puede aumentar la resistencia a la insulina, un factor de riesgo para la diabetes.
  • Riesgo de hipervitaminosis: El consumo excesivo de algunas vitaminas presentes en estas bebidas puede aumentar el riesgo de hipervitaminosis, en particular, la vitamina B3.
  • Además de estos efectos, el alto contenido de cafeína en las bebidas energéticas puede llevar a la dependencia.

Estos productos tienden a sobre estimular a los jóvenes, lo que puede provocar síntomas como dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas, vómitos, diarrea, dificultad para dormir, convulsiones y alteraciones en los patrones de sueño. En resumen, pueden afectar el sistema nervioso y cardiovascular de los adolescentes.

En embarazadas y madres lactantes

En el caso de embarazo, los investigadores consideran que la cafeína podría alterar potencialmente las hormonas del estrés del feto, lo que pone en riesgo a los bebés de un aumento de peso repentino después de nacer y de una futura obesidad, enfermedad cardíaca y diabetes. En madres lactantes al igual que otro tipo de bebidas o comidas, los ingredientes de esta bebida pueden pasar al bebé y causarle irritabilidad e insomnio, no es nada recomendable.

Personas con hipertensión o problemas cardiovasculares

Las bebidas energéticas aumentan los niveles de hormona del estrés y la presión arterial. Ciertas bebidas energéticas podrían provocar aumentos potencialmente nocivos tanto en los niveles sanguíneos de norepinefrina como en la presión arterial de adultos jóvenes sanos. Por lo tanto NO son recomendable para personas con este tipo de problema.

Personas que padecen alteraciones del sueño

Cae un poco de cajón, cafeína y dormir no casan bien. El consumo de bebidas energéticas puede tener un impacto negativo sobre la calidad del sueño. En un estudio hecho en EEUU los participantes que consumían bebidas energéticas a diario tenían una menor eficiencia del sueño, es decir, dormían menos tiempo y tenían más despertares nocturnos, lógicamente debido al consumo de este tipo de bebidas. Los resultados del estudio mostraron que los participantes que consumían bebidas energéticas a diario y con un alto consumo dormían alrededor de dos horas menos que los que no las consumían. Nada más que decir…

Otras recomendaciones

  • No las combines con bebidas alcohólicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado alertas reiteradas sobre los riesgos para la salud de las bebidas energéticas, especialmente cuando se consumen con alcohol. A pesar de estas advertencias, su popularidad sigue en aumento sin regulación adecuada.
  • No las tomes para rehidratarte tras realizar deporte.
  • Si las consumes, elige el formato de menor tamaño, y consulta con tu médico si tomas alguna medicación de manera habitual.

En definitiva, y como todo en la vida, lo recomendable es no abusar de ellas y tener un consumo moderado y responsable.

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Categorías: Actualidad gastronómica

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