El seminario sobre violencia de género que se ha venido desarrollando durante esta semana en los cursos de verano de la Olavide en Carmona, en la Casa Palacio de Los Briones, analizó ayer la situación de las víctimas invisibles en los casos de violencia de género: los niños.
La encargada de abordar el tema de los menores fue la profesora del Departamento de Derecho Privado de la UPO, Lucía Vázquez-Pastor, quien solicitó para ellos una atención especializada desde el punto de vista social, policial y judicial, teniendo en cuenta que no sólo sufren la violencia psicológica de ser testigos de los malos tratos, sino que también se ven afectados por la violencia física.
«Son receptores directos de esa violencia, aunque no la sufran directamente; el hecho de presenciar y escuchar este tipo de situaciones los convierte en víctimas. Además, sufren graves efectos psicológicos de carácter negativo puesto que en muchas ocasiones terminan siendo maltratadores y las niñas asumen el rol de mujer maltratada», explicaba Vázquez-Pastor. De hecho, la profesora indicó que los pequeños interiorizan tanto estos roles, que se han dado casos en los que los niños llamaban a sus madres con un insulto determinado creyendo que era su nombre, ya que el padre siempre se dirigía a ella de esa manera.
La experta destacó las dos medidas clave a la hora de proteger jurídicamente a los menores. Una de ellas es inhabilitando para ejercer la patria potestad, y la segunda, la privación de la misma: «Antes se daba el caso absurdo de que se podía inhabilitar para ejercer la patria potestad a un padre condenado por maltratar a su mujer y, sin embargo, a un padre condenado por matar a su mujer no cabía la pena de inhabilitación porque no estaba prevista expresamente en el Código Penal».
Pero está claro que todas estas premisas no se pueden llevar a cabo si no se denuncian los casos de maltrato, por lo que Lucía Vázquez-Pastor hace un llamamiento para que la sociedad denuncie estas situaciones.
