La selección española ya sabe lo que le espera. A su llegada a Curitiba, en donde fijará el campamento durante la primera fase, fue recibido con el grito de «Brasil, Brasil», una declaración de intenciones y eso que aún no ha empezado el Mundial.
España llegó después de 9 horas y 17 minutos de vuelo procedente del aeropuerto de Baltimore. Fue un viaje cómodo y sin incidencias y en el que los jugadores disfrutaron del mismo avión y la misma oferta que en el viaje de Madrid a Washington.
En Curitiba se encontraron con un clima suave, aunque descargó algo de lluvia, manteniendo la tónica de todo el día. Y ahí esperaba un numeroso grupo de aficionados brasileños, que no pudieron ver a los futbolistas porque les recibió el autocar a pie de pista.
La selección descansa desde ya mismo en su hotel de concentración y el lunes retomará los entrenamientos. Será por la tarde, cuando también haya atención a la prensa, ya que la mañana está destinada a asuntos logísticos.





