Carlos Valderrama es el mejor jugador de la historia de Colombia pero quizás no le quede demasiado tiempo en el trono al «Pibe». En Brasil, un géiser llamado James Rodríguez está inundando el país «cafetero» de felicidad y arrastrando a la gloria a la selección suramericana. El 10 colombiano ya fue nombrado por la FIFA como el mejor jugador de la primera fase con una nota que rozaba la matrícula de honor: 9,79 (tres goles y dos asistencias tuvieron la culpa). Lo mejor del líder «cafetero» es que no se le avista meta alguna en el campeonato. Ante Uruguay, otros dos tantos suyos mandaron a casa a la selección de Tabárez y sacaron el billete de cuartos para Colombia. El primero ellos fue para enmarcarlo: sin duda, el mejor gol del Mundial hasta el momento. [Así contamos el Colombia-Uruguay en directo]
Fue a la media hora de la primera mitad. James controló con el pecho y de espaldas a la portería una asistencia de cabeza de Yepes. Lo hizo a 30 metros del arco de Muslera, pero eso no le iba a poner nervioso. El mediapunta del Mónaco, a la vez que se acomodaba el balón, se dio la vuelta y enganchó un zurdazo que se estrelló en el larguero antes de acariciar la red de la portería sur de Maracaná. 40.000 «cafeteros» presentes en el templo del fútbol se frotaban los ojos ante la genialidad de James.
Fue lo mejor de una áspera primera mitad dominada por completo por Colombia ante la peor Uruguay de todo el torneo: sin alma, sin carácter y sin su líder. Luis Suárez, desterrado por la FIFA, se marchó hace un par de días a Montevideo y con él también se fue la selección charrúa y cualquier opción de seguir en el campeonato. Dio un poco de pena ver a uno de los iconos uruguayos de la última década, Diego Forlán, ocupar el vacío del nueve celeste. A sus 35 años, el Balón de Oro del pasado Mundial ya no está para estos trotes. Su pareja de baile, Cavani, sí que tiene edad y categoría pero le falta dar un paso adelante. Ambos fueron dos fantasmas. Ghiggia, a sus 87 años, protagonista y único superviviente del Maracanazo, se retorcía en su sofá.
Sentencia
Tras el descanso, las pocas esperanzas que tenía Uruguay se desvanecieron a los cinco minutos de la reanudación. Armero, desde el pico del área, puso un centro medido al segundo palo donde apareció una bestia llamada Cuadrado que con un toque sutil con su cabeza asistió a James y este empujó el segundo de Colombia. Ahí murió el encuentro. Si la sensación de Sudáfrica fue un 10 germano llamado Mesut Ozil, en Brasil otro 10 ha cogido su testigo de manera brillante.
Por primera vez en su historia, Colombia jugará los cuartos de final de un Mundial y lo hará contra la Brasil más pobre de su historia: el reto es apasionante y, lo más importante, alcanzable. El conjunto del maestro Pékerman se ha plantado entre los ocho mejores equipos del torneo de manera deslumbrante: cuatro victorias en cuatro partidos, once goles a favor y solo dos en contra. Y en sus filas tiene al pichichi y al mejor futbolista de la Copa del Mundo: James Rodríguez. Colombia, licencia para soñar.