La nueva generación Skoda Octavia, un vehículo de notable aceptación en mercados como el español, promete, y mucho. De entrada, y más allá de los apreciables cambios estéticos (el diseño parte de cero, como otros capítulos), es más grande que la actual: 4,66 metros de longitud y 1,81 de anchura (9 y 4,5 cm extra en cada caso), con una batalla o distancia entre ejes de 2,69 metros (incremento de nada menos que 10,8 cm).
El Octavia aún a la venta no es precisamente pequeño de puertas hacia dentro, pero el nuevo augura mayor espaciosidad en las plazas traseras, sobre todo en el hueco para las piernas. Tampoco sale mal parado el maletero: nada menos que 590 litros, 30 más, una cota sin parangón en la categoría.
Hasta 102 kg cede el peso del nuevo Octavia en algunas versiones, de modo que aún siendo más grande también es más eficiente, confortable y prestacional. Para hacerse a la idea, con el diésel de acceso, un 1.6 TDI de 110 CV, se contenta con 3,4 l/100 km, según datos homologados por el fabricante checo. Ese será uno de los 4 motores con los que se estrene, con un gasolina 1.8 TSI (turbo y de inyección directa) de 180 CV como tope de gama. A medio plazo, la gama añadirá una versión adaptada a gas natural.
De todo
Variantes con caja de cambios automática y secuencial DSG (con accionamiento mediante doble embrague) y otras de bajo consumo y «sello verde» Green Tec (con recuperador de energía, cambios para mejora aerodinámica y parada y arranque en detenciones Stop & Start, entre otros) compatibles con todos los propulsores, y tecnologías a la última estarán al alcance del nuevo Octavia.
Entre las últimas figuran elementos como los airbag traseros laterales (en opción), reconocimiento de señalética vial, sistema de frenada automática a baja velocidad para evitar golpes por alcance (desde mayo), programador activo de velocidad, alerta por cambio de carril no deseado o paso automático de luces de cruce a carretera y viceversa.












