Son las once de la mañana y en la avenida de Arsenio Iglesias, en el municipio coruñés de Arteixo, se respira un alegre barullo de recreo y bocadillo tras la verja del instituto y la escuela infantil. Hace quince años, en Arteixo todos los niños querían ser como los Bebeto, Mauro Silva o Fran que entrenaba Arsenio, el «zorro plateado», «o bruxo», el héroe local que llevó al Dépor a sus máxima gloria y a añadir a su nombre el prefijo súper. Ahora los niños de mayor quieren trabajar en Zara.
Porque en Arteixo está el kilómetro cero de Zara, la obra de Amancio Ortega que con el paso del tiempo se ha convertido en Inditex, la más próspera de las multinacionales españolas y la mayor empresa textil del mundo; medio millón de metros cuadrados que suponen la culminación de un milagro económico sin parangón en España que comenzó hace 37 años con la apertura de la primera tiendecita. Hoy el imperio de Ortega tiene más de 5.000 establecimientos en todo el mundo, da trabajo a más de 100.000 personas y es capaz, en solo dos días, de poner una prenda recién hecha en sus tiendas de Tokio.
Amenaza lluvia y las aspas de un enorme aerogenerador van a toda mecha. Se antojan una metáfora del rumbo, porte y poderío de Inditex, cuyo control de entrada tiene un trajín incesante de vehículos de las 3.000 personas que trabajan en el enorme complejo, con capacidad para elaborar 36.000 diseños al año y poner en la calle, al día, dos millones de prendas. Las cifras son tan abrumadoras como la riqueza que genera Inditex, que ha llevado a su propietario a ser el tercer hombre más rico del mundo.
El puerto exterior
Almuerzo en el SabonBar, en la cercana avenida de Finisterre, cuyo comedor luminoso y funcional está también «decorado» por el cosmopolitismo de los diseñadores, venidos de decenas de países y de todas las razas, que trabajan para la compañía textil. Hasta el horario es internacional y enfocado a la actividad del polígono: no abre los fines de semana y los almuerzos se sirven de diez de la mañana a cinco de la tarde. Es propiedad de una hija del diseñador gallego Antonio Pernas y ofrece, claro, cocina internacional, nada que ver con las paparolas (con postre y «bajante» digestivo) que se despachan en la parrillada del Florida.
Pese a que otras importantes empresas comparten vecindad con Inditex en Sabón (la central lechera Leyma, una central térmica de Gas Natural o una gran empresa de silicios solares) el fenómeno Zara inunda las calles de Arteixo. Su alcalde, José Carlos Calvelo, considera un lógico privilegio y una bendición tener la primera empresa textil del mundo en un municipio que ahora sueña con la culminación del desarrollo del puerto exterior de La Coruña, que podría aportar otros 3.500 puestos de trabajo, «muchos de ellos a gente del pueblo», que sufre un desempleo del 20 por ciento debido a que dependía mucho de la construcción. Se pinchó la burbuja y ahora hay unos 3.200 parados. «Estamos poniendo mucho énfasis en la formación de los desempleados de la construcción en otros sectores. El puerto exterior será una plataforma impresionante para intevenir en el tráfico marítimo de Iberoamérica», afirma Calvelo.
Manolo Pareja, que lleva tres años en el taxi, tiene impecable, por dentro y por fuera, su Mercedes. Es uno de los 28 taxistas que operan en el municipio y alrededores y trabaja «bastante» para las empresas instaladas en Sabón. «Aquí la crisis, como en todo, también se nota. Las empresas han recortado gastos y los empleados que mandan aquí (informáticos, analistas, viajantes) gastan menos en taxi. Antes se alojaban en La Coruña y hacían dos viajes al día; ahora se alojan en los hoteles de aquí. Y luego tenemos la competencia de las agencias de alquiler de coches, que han tirado los precios y así, el taxi, que es caro en este contexto, tiene difícil competir. Yo por eso llevo el coche como la patena».
En la Quinta Avenida
A cinco mil kilómetros del Mercedes de Manolo, Massimo Dutti (una de las marcas del grupo textil) inauguró hace tres días su primera tienda en EE.UU., en la Quinta Avenida de Nueva York. Al tiempo, abría su tienda online en todo el país. La fama y la hucha de Arteixo dependen en buena medida de Inditex. Si Arsenio puso al municipio en el mapa de España, Ortega lo ha puesto en el del mundo.




