Si los programas electorales de los partidos ya son por lo general la descripción de un mundo ideal, el documento con el que CiU se presenta a los comicios entra de lleno en el terreno de la utopía, una Arcadia nacional donde se mezclan sin concierto propuestas que sí caben dentro del actual marco competencial con otras ya propias de un «nuevo estado». Es la hoja de ruta de la «transición nacional, con un horizonte de plenitud en 2020. Paradójicamente, y en un estilo típico de la ambigüedad convergente, la palabra independencia apenas se menciona.
Consulta: «La legalidad que surja»
Como elemento decisivo, el el programa convergente (149 páginas), incluye la convocatoria en la próxima legislatura de una consulta para que «el pueblo de Cataluña» decida su «futuro colectivo». ¿Cómo? Pues sin mayores concreciones, y, en un giro del todo ambiguo, de acuerdo «con la legalidad que surja».
Lo más urgente: soberanía fiscal
Para CiU, «la primera y más urgente necesidad que tiene el país es alcanzar la plena soberanía fiscal», para lo que propone transformar la recién creada Agencia Tributaria de Cataluña en una administración que recaude y gestione todos los recursos generados en Cataluña. También se ve prioritario aprobar una ley Electoral propia.
Estado propio para «vivir mejor»
CiU asume que hay «dos razones» para avanzar hacia el estado propio: por un lado «proteger y potenciar nuestra identidad», el elemento sentimental para entendernos, y por otro la visión práctica, «muy poderosa», reconoce el documento: «Vivir mejor».
Más sanos, menos accidentes
Como el programa de CiU no se conforma con abarcar una legislatura, alcanza dos, hasta 2020. Algunos «objetivos», llamarles promesas es ir demasiado lejos, son casi de ciencia ficción: en materia de salud se aboga por aumentar en cinco puntos la tasa de supervivencia del cáncer y aumentar en un 5% la esperanza de vida en buena salud. En la carretera, reducir en un 50% el número de muertos en accidente.
Los Mossos, Policía única
En el mundo ideal que dibuja CiU, Cataluña será más segura, con unos Mossos que deben ser «Policía integral» a través de una nueva ley que desarrolle un «modelo policial nacional único». Control de aduanas y extranjería, incluidos. La percepción de inseguridad, milagrosamente, debe bajar un 10%.
Inmersión lingüística, línea roja
CiU se compromete a mantener el «régimen lingüístico» vigente ahora en la escuela: es decir, la inmersión. Por contra, en la Cataluña independiente de 2020 CiU sí garantiza la «cooficialidad» del castellano, lengua propia de más de la mitad de la población.
Marco laboral propio y paro a nivel de la UE
A partir de la creación de un marco de relaciones laborales propio en Cataluña, con plenas competencias, así como un sinfín de incentivos y políticas activas, CiU traza una estado con un nivel de paro equivalente a la media de la UE. Con un 22,5% de desempleo en la actualidad, el objetivo se adivina titánico.
Corredor, «hub» e internet «ultrarrápido»
El déficit de infraestructuras, pieza clave del argumentario nacionalista, no es tal en la Cataluña de 2020: corredor ferroviario, aeropuerto como «hub» internacional y eje portuario líder en el sur de Europa. La soberanía llega también a los hogares: 50% con banda ancha «ultrarrápida».
Generalitat, por tierra, mar y aire
En su programa, CiU se compromete a que el futuro gobierno de la Generalitat asuma «la gestión de la cuenca catalana del Ebro», actualmente ejercida por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), y del «dominio público marítimo terrestre», actualmente «a cargo del Estado Español».
Cuidado «anglosajón» para perros
El programa convergente llega a tal nivel de detalle que hasta prevé un modelo de gestión de centros de acogida de animales abandonados basándose en el modelo anglosajón.
La independencia llega por la Play Station
La Cataluña de 2020 potenciará el desarrollo de la industria digital, con especial foco en internet y el mundo de los videojuegos y el ocio interactivo. A la soberanía por la consola.





