Con el concept car Onyx, Peugeot sigue fiel a una doble tradición: desvelar modelos espectaculares, siquiera como ensayos, en las ferias de automoción más relevantes, y demostrar de manera reiterada su capacidad tecnológica.
De dimensiones considerables (longitud de 4,65 metros, anchura de 2,2 y altura de tan sólo 1,13 metros), su carrocería se antoja sin embargo muy ligera, pues esencialmente está fabricada en la carísima pero liviana y resistente fibra de carbono (el bastidor, de este mismo material, está configurado por 12 piezas y pesa unos 100 kg). Como curiosidad, algunos de los paneles están rematados con una hoja de cobre exterior artesanalmente trabajada. De aerodinámica bastante depurada para tratarse de un modelo de este tipo (Cx de 0,30), en parte gracias a lo carenado de sus bajos, cuenta con un alerón móvil en la parte trasera para ganar sustentación circulando a ritmo fuerte.
Techo transparente de polimetacrilato de metilo (PMMA), un nanomaterial ahumado y ultrarresistente, cubiertas delanteras 275/30 y traseras 345/30 sobre llantas de 20 pulgadas, impulsión híbrida a partir de un motor diésel 3.7 V8 de 600 CV combinado con otro eléctrico recargable en frenadas que genera, de manera puntual, 80 CV extra…
Otro detalle de interés es el habitáculo: estricto biplaza, está totalmente recubierto de fieltro, con la salvedad de algunos huecos que dejan a la vista el bastidor de carbono, mientras que el salpicadero está fabricado en papel de periódico compactado sobre el que se tallan algunos mandos y pulsadores. No falta una divisoria entre los asientos, totamente integrados, fabricada en cristal y que, por cierto, aloja un sofisticado perfumador interior.












