El guitarrista argentino compartió ayer con jóvenes promesas de apenas 14 años sus trucos y método en el arranque de los cursos formativos del certamen
El volumen de los bafles de los alumnos de Ariel Rot está al mínimo -«en volumen geriátrico» se queja el argentino-, aún así, las guitarras eléctricas se cuelan en las aulas del concertista Ricardo Gallén y trepan las escaleras hasta fundirse con la guitarra flamenca de Miguel Ángel Cortés en el Palacio de Congresos. Los cursos de formación del Festival de la Guitarra arrancaron ayer con unos maestros de lujo. Al entrar en el aula del vocalista de Tequila, suenan acordes del legendario Chuck Berry de la mano de Sergio, de 12 años, que lleva la guitarra colgada con la cinta de South Park mientras luce la camiseta del último concierto de el «Boss» en Madrid. El argentino fija su mirada en su pupilo y le pide que repita ese «dibujito»,«pero que vaya hacia abajo, que queda bien». Al lado, Edu, de 14 años, que aunque escucha apasionado, quiere algo más duro en la primera hora de clase, «me gusta más el heavy», asegura este pequeño madrileño que pretende en breve atreverse con un solo de guitarra al más puro estilo de Slash, ex componente de The Guns and Roses.
Ariel Rot no tiene método. Es más de que «se lo graben y lo practiquen en casa». A este integrante de Tequila los alumnos más pequeños le recuerdan a él mismo «porque tienen muy buena oreja», asegura. Los alumnos tienen «mucho interés y uno de ellos es el que más rápido pilla todo, lo estoy utilizándo haciendo de faro para el resto», reconoce.
Sin embargo, en el grupo hay de todo. Desde Rafael Osuna, un aficionado cordobés que hace solo un año comenzó a tocar la guitarra eléctrica y que vio una oportunidad única en estas clases junto al exRodríguez; a una joven de Navarra, muy tímida, que sólo va a escuchar.
Rot asegura que le gusta mucho el tema didáctico. En cuanto al método, el argentino asegura que «realmente no hay reglas, se puede hablar de lo conceptual, es importante conocer los patrones de cada estilo, pero en lo que se basa todo es en el gusto. «Es importante -prosigue- tener las herramientas para luego poder crear y decir lo que tengas adentro lo que quieras expresar, más sexy, más melancólico, más agresivo, en fin, lo que tú creas que se presta más para la canción».