Las primeras elecciones andaluzas separadas de unas generales desde 1994 se celebrarán el próximo 25 de marzo. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, comunicó la fecha el martes a su Consejo de Gobierno y ayer la hizo pública en Málaga en una comparecencia en la que estuvo arropado por siete consejeros y por la presidenta del PSOE andaluz, Rosa Torres. La incógnita se ha desvelado en plena tormenta por el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) tras el último y revelador capítulo, la declaración a la Policía del exchófer del ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero de que una parte de las dos subvenciones que recibió de la Junta se habría dedicado «a comprar cocaína para él y su jefe» y para «fiestas y copas».
El dirigente andaluz realizó ayer el anuncio después de visitar Marbella, donde inauguró el el edificio que acoge Andalucía Lab, centro de innovación turística de la Junta, y poco antes de embarcarse en uno de los vagones del metro que recorrerán el subsuelo de Málaga. Eso sí, no antes de febrero de 2013. Una jornada, por tanto propicia para la revelación electoral e intentar de jar de paso de lado la polémica suscitada por los ERE.
Para Griñán, que por primera vez será candidato del PSOE-A y se enfrenta a todos los sondeos en contra, la legislatura que está a punto de expirar ha sido «intensa, muy difícil y complicada» por la crisis, aunque «también apasionante». Descartó, sin embargo, que la octava legislatura vaya a ser recordada como la del escándalo de los ERE o en la que se han producido actuaciones como la supuestamente protagonizada por Guerrero. «Se recordará por ser \[el mandato\] en el que el Gobierno tomó decisiones sobre los ERE, porque ha investigado, denunciado y acusado a cualquier culpable», y lo ha hecho «caiga quien caiga», dijo.
Griñán firmará el decreto de disolución del Parlamento autonómico el 30 de enero y antes de ese día comparecerá en la Cámara para dar cuenta «detallada» del trabajo del Ejecutivo durante estos cuatro años. El 25 de marzo se someterá a la decisión de las urnas con todas las encuestas en contra frente al candidato del PP, Javier Arenas, pero como él prefería, en unas elecciones separadas de las generales y de Alfredo Pérez Rubalcaba para que la gestión de la crisis del Gobierno de Zapatero pese lo menos posible en el voto andaluz. El secretario del PSOE-A no desveló por qué provincia concurrirá, ya que la decisión corresponde al partido, aunque consideró que «la opción razonable» sería la de Córdoba o Sevilla.
Tras el anuncio, la primera reflexión de Griñán fue «el enorme esfuerzo colectivo» hecho por los andaluces para luchar contra la crisis y el desempleo. «Seguimos en una situación de incertidumbre y hemos visto que no era suficiente con un cambio de gobierno para crear empleo».
Reconoció que las políticas puestas en marcha por su Ejecutivo «no han podido contener el proceso de destrucción de empleo», aunque se esforzó por ofrecer datos de Andalucía que comparativamente con otras comunidades son más optimistas. Citó la educación pública de calidad y la austeridad como otros de los puntales de su gestión y presumió de control de las cuentas públicas.





