«Al Córdoba le debo más de lo que yo pueda darle alguna vez en mi vida. Tengo otra oportunidad y voy a hacer todo lo posible por no desaprovecharla». Éstas fueron las primeras palabras de Paco Jémez en su presentación como entrenador del Córdoba por segunda vez como entrenador profesional.
Desde entonces hasta ahora, Jémez no ha dejado de tener trabajo. Bien entrado el curso 08-09, Francisco Gómez le encomendó la tarea de ascender con el Cartagena y lo terminó consiguiendo. Pese a la gesta, no siguió en territorio departamental y su siguiente paso fue el de salvar a Las Palmas, club que se encontraba en una situación similar a la del Córdoba actual. Con el objetivo cubierto, siguió el pasado ejercicio, aunque no lo pudo terminar ya que el nivel del equipo bajó hasta rozar las alarmas del descenso en la segunda vuelta. Con todo, sembró en su etapa canaria porque «allí sacamos a ocho jugadores que el año anterior estaban en Tercera. Eso quiere decir que miraremos lo que haya en la cantera, aunque los que realmente quieran jugar con la camiseta del Córdoba deberán demostrarlo».
Obviamente, este tiempo ha servido para que Paco Jémez acumule experiencia. Sin embargo, matizaba que «la gente cambia con las experiencias, pero mi idea de fútbol sigue siendo la misma. Puede que algunas cosas las vea desde un punto de vista distinto, pero en lo esencial no he cambiado mucho. Por eso, sigo pensando que mi manera de trabajar es la correcta».
Y así se lo hará ver a los jugadores, a los que pedirá que sean «trabajadores, honrados y humildes», ya que será la fórmula en la que «sólo nos podrán reprochar que nos equivoquemos en una decisión, pero no por poner el cariño suficiente». Porque Jémez sabe que la situación del Córdoba también depende en buena parte de lo que la afición quiera: «En estos momentos, necesitamos la ayuda de todos. Tenemos que estar unidos y velar por el futuro de esta institución. La gente que ha llegado lo hace con una gran ilusión». Para incentivar más al público, Paco Jémez defendió su idea de buen juego: «Vamos a intentar jugar bien al fútbol, porque siempre he tenido la idea de que así tienes más posibilidades de ganar los partidos. Queremos que la gente se vaya contenta para casa. Así iremos dando poquito a poco lo que la ciudad merece y que por distintas situaciones no se ha podido producir todavía este año. Si algún día cambio de idea, será porque la experiencia diga lo contrario».
Recuerdos y objetivos
Con mesura, Paco Jémez se refirió a su segunda etapa como entrenador del Córdoba en relación al recibimiento del público. «La entrada es mejor, porque el año que llegué aquí hubo problemas externos relacionados con la destitución de Escalante. Había mucha gente que pensaba que él iba a seguir y se creó un mal ambiente que nunca entendí, porque no tuve que ver nada en ese asunto. No fue bueno ni para mí ni para nadie», recordó. Por el contrario, hoy «vuelvo a mi casa en una situación muy distinta. Espero trabajar lo a gusto que estuve en aquella ocasión».
Lejos de establecer un listón, Jémez advirtió que «no nos vamos a poner ninguna meta y menos a corto plazo, aunque intentaremos dejar al Córdoba lo más arriba posible. Hay que darle cosas a la gente para que crea en nosotros». Incluso, añadió en su planteamiento que «lo mismo si te quedas el diez no estás contento y si es el catorce, sí. No podemos jugar a ser adivinos». De ahí que enviara el enésimo mensaje de la mañana de corte positivo: «Queremos gente ilusionada en el equipo y no gente con nombre si no tiene de eso, porque es lo que necesitamos».