«Puede llegar». Así de categórico se muestra Antonio Cabello, director deportivo del Andalucía-CajaGranada, cuando se le pregunta por las posibilidades de Fran Medina, un joven pozoalbense que a sus 17 años empieza a acercarse a la elite del ciclismo internacional.
Ahora, aún en edad formativa, despunta gracias a una capacidad casi innata por moverse bien todos los terrenos de este complejo mundo de los pedales y las ruedas. Cuentan desde su familia que lo suyo ha sido tesón y coraje hasta asomarse al equipo nacional juvenil, con el que el pasado fin de semana tuvo una destacada actuación en la París-Roubaix, en la que acabó como el mejor español desafiando a los famosos adoquines y a una carrera muy accidentada. Medina afirmó que «ya era un premio terminar y fue, desde luego, una experiencia inolvidable».
Pero antes de llegar a este punto álgido de su aún incipiente trayectoria, este pedrocheño ha tenido que sudar lo suyo. Empezó pronto su pasión por la bicicleta, despuntando en la Escuela Municipal de Pozoblanco, dirigida por Luis Peralbo. A partir de ese momento, empezó a centrar las miradas de muchos aficionados al ciclismo en Córdoba, que empezaban a verlo como un nuevo enganche de su cadena. Por eso, de cadete bajó hasta la capital de la provincia antes de comprometerse con el equipo de Cabello.
Ya en el Andalucía, Medina ratificó que las expectativas están completamente asentadas. En 2010, junto a Joaquín Torres, empezó a aportar muchos triunfos a las vitrinas del Andalucía. Por ejemplo, ganó en la Vuelta a Soria. Eso le llevó a que le llamara la selección española para competir en el Gran Premio de Dell'arno, donde terminó décimo. E incluso, ganó la crono del Campeonato de Castilla-La Mancha o el Trofeo Tarangu de Oviedo. En este año, la selección ha vuelto a llamarle, pese a que aún no ha pisado lo más alto de un podio. Pero el pozoalbense tiene la constancia que siempre se le demanda a un ciclista. Y más él, que parece ir en un continua escalada.