El verano no estaba dejando en la ciudad sus últimos calores ni tampoco hubo un ir y venir de gentes al besamanos, ni por el Arco Bajo de la Corredera se hicieron ofrendas de alimentos. Sin embargo, en el barrio de San Pedro era un día de fiesta: la Virgen del Socorro volvía, más de tres años después, a su restaurada ermita.
Si el último domingo de septiembre es su día, con el que culmina todo un mes de celebraciones en su honor, pocos de ellos fueron tan especiales como la noche de ayer, con la Cuaresma asomando ya en el horizonte y sin embargo vestido de gloria y de devoción popular. De algo más, de la emoción por volver a una casa que llevaba demasiado tiempo vacía y que hacía una Corredera rara, incompleta sin las visitas de tantos devotos a la Virgen del Socorro.
A las nueve de la noche salió la venerada imagen de la basílica de San Pedro, que la ha acogido desde que en noviembre de 2007 tuvo que dejar precipitadamente su casa. Lo hizo acompañada por la banda de música María Santísima de la Esperanza y con el cielo amenazando lluvia, por lo que la procesión, que iba a recorrer las calles de su barrio y el de San Francisco, optó por no alejarse demasiado de la ermita y seguir por la calle Juan de Mesa.
Muchas cosas habían cambiado en su estética habitual: la Virgen no llevaba su característico templete, sino que iba al descubierto, con lo que llamaba mucho la atención. El calendario hizo imposible que pudiese llevar las flores con las que siempre se le identifica.
En lugar de sus sempiternos nardos, llevó claveles blancos y alhelíes del mismo color en las esquinas. El resto no se salió del guión que se esperaba: la alegría desbordada por el regreso a su casa, la ermita recién recuperada esperando a Aquella sin la cual no tiene sentido que se abra.
Los festejos no culminaron ayer: a Nuestra Señora del Socorro le han preparado un programa extenso para darle la bienvenida. El próximo domingo 12 de marzo habrá una misa de acción de gracias y una semana más tarde un besamanos extraordinario. Como si se hubieran dado la vuelta los hemisferios, en la Corredera es septiembre.