—¿Qué novedades fiscales llegarán en 2011?
—Lo más destacable es la subida del IRPF a las rentas más altas y el fin de la deducción por la compra de una vivienda, así como la supresión del llamado cheque-bebé. Otra novedad importante es la exención del impuesto de sociedades para las operaciones de ampliación de capital que lleven a cabo las empresas.
—Sobre el aplazamiento de las deudas tributarias por parte de las empresas. ¿Es una posibilidad muy conocida en el tejido productivo?
—Es una opción que está prevista en la normativa tributaria que tiene el objetivo de que empresas que están pasando por dificultades en cuanto a su nivel de tesorería puedan fraccionar el pago de los impuestos o aplazarlo. Se trata de un tema con mucha actualidad debido a que en este momento son muchas las compañías que podrían hacer uso de esta vía. En mi opinión, Hacienda debería hacer un esfuerzo en atender todas las peticiones que le llegan en este sentido, al mismo tiempo que se debería divulgar más esta posibilidad.
—Una de las novedades tributarias se refiere al fin de la deducción en el IRPF por la compra de una vivienda. ¿En qué medida puede afectar esto al mercado inmobiliario?
—Esta deducción era una de las más tradicionales y populares. Se llevaba muchos años planteándose su supresión, ya que ha quedado demostrado su escasa incidencia en las decisiones de compra. El Ministerio de Economía ha tomado ahora la decisión porque está convencida de esta tesis.
—¿Cómo puede ayudar la eliminación del cheque-bebé al reequilibrio de las cuentas públicas?
—El fin del cheque-bebé, junto con el de la deducción de los 400 euros en el IRPF, persigue el objetivo de mejorar el estado actual de las cuentas públicas. Sin embargo, los resultados que se están obteniendo no están siendo los que se esperaban.
—En julio llegó la subida del IVA. ¿Ha sido una medida acertada?
—El Estado necesitaba más ingresos y el impuesto con más opciones de subir era el IVA, debido a que el tipo impositivo es uno de los más bajos en Europa. Pese a este aumento, nuestro tipo del IVA sigue siendo de los más reducidos, por lo que yo no descartaría que el Gobierno volviera a subirlo en el futuro si necesita más ingresos. El efecto recaudatorio que ha tenido esta medida sí ha sido mayor que el de la eliminación del cheque-bebé y de la deducción de los 400 euros.
—Sin embargo, la mayoría de las empresas consideran que esta subida del IVA les ha afectado negativamente…
—Teóricamente, el IVA no afecta a las empresas porque luego repercute en el consumidor final, aunque es verdad que esto puede retraer en parte el gasto de las familias. No obstante, considero que esta era una decisión de índole fiscal que había que tomar.
—En pleno debate sobre el estado de las autonomías, ¿qué aspectos considera que habría que mejorar en el apartado del gasto público?
—Es necesario abrir un debate en la sociedad para que la ciudadanía se pronuncie sobre qué servicios públicos quiere recibir. A partir de ahí, habrá que buscar los recursos necesarios para financiar al Estado. No obstante, siempre es deseable que los servicios públicos funcionen con criterios de eficiencia.