Al Numancia le ha pasado como al Córdoba. Le ha costado meterse en la Liga. Desde luego, no se puede decir que tuviera un prometedor arranque de temporada. Perdió contra el Rayo en Vallecas y contra el Celta en casa con demasiada facilidad. Y, entre medias, disputó 120 minutos en vano en El Arcángel cayendo eliminado en la Copa del Rey.
Con estos condicionantes, resultó muy fácil cuestionar el método de Juan Carlos Unzué. El navarro, que decidió dejar el cómodo puesto de entrenador de porteros del Barça, se enrolaba de esta forma en su primera gran aventura en solitario en el siempre impredecible mundo de los banquillos.
Precisamente, el éxito de Guardiola en la escuadra azulgrana le llevó a apostar por un tipo de fútbol de toque saliendo con el balón jugado desde muy atrás. Sin embargo, la materia con la que contaba en el Numancia le ha obligado a cambiar sobre la marcha el discurso. Es decir, muchos de los goles encajados llegaron por culpa de errores a la hora de aplicar el mecanismo de juego y ahora el cuadro soriano es mucho más físico. De un lado, Nagore protege más a los centrales; de otro, utilizar a dos tanques como Ibrahima e Iñigo Vélez es toda una declaración de intenciones.
Por lo pronto, esto le ha ayudado para salir del atolladero que han tenido los rojillos cuando han ejercido como locales. En Los Pajaritos, el Numancia ha tumbado tanto al Elche como al Cartagena, dos de esos equipos que tienen en la mente la idea de una sexta plaza como mínimo. Precisamente, ésa es una de las ventajas que tiene el Numancia. Su entorno está tan tranquilo como Soria y se conforma temporada tras temporada con conseguir la permanencia por la vía rápida. Es decir, su mejor arma es la ausencia de la presión, algo que luego agradecen los jugadores sobremanera a la hora de llevar a cabo la temporada.
Por ejemplo, esta campaña han optado por seguir nutriéndose de muchos embajadores de la cantera vasca como Nagore o Barkero. Igualmente, en esta ocasión ha tirado del Atlético de Madrid, que le ha prestado a Ibrahima y Cedric, dos diamantes que aún se tienen que pulir, y ha pescado por Canarias a los defensas Culebras y Dani López.
Esta política austera, lejos de ser contraproducente, le ha dado mucho resultado al Numancia como club. En un fútbol plagado por entidades inmersas en un proceso de ley concursal, el club soriano es de los pocos que puede presumir de una economía saneada y limpia. Sin duda, toda una ventaja.
