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«No creo en las píldoras milagrosas de alguien que llega»

El líder del PSM asegura que su decisión de aspirar a la Presidencia de la Comunidad de Madrid no perjudica al jefe del Ejecutivo central, quien le pidió su retirada. «Ante la duda, democracia, como dice Zapatero»

Día 29/08/2010
—En apariencia, su decisión de presentarse como candidato pone en un aprieto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que le pidió su retirada.
—A José Luis Rodríguez Zapatero nunca le pone en un apuro la democracia. Además, estas elecciones primarias son producto de un acuerdo al que se llega con el jefe del Ejecutivo y la Dirección Federal. Ante la duda, democracia, palabras del presidente del Gobierno. Cuando se fortalece la democracia interna, se fortalece la figura de Zapatero, que, además, es alguien que siempre ha apostado por el diálogo, por el debate... Él mismo llega por un proceso de democracia interna.
—Pero, ¿en qué términos se produjo el famoso encuentro con el presidente del Gobierno?
—En mi vida he anunciado cuándo se iba a producir un encuentro con el presidente del Gobierno ni tampoco los he comentado luego. Por prudencia, debe ser así.
—A la vista de los hechos, ¿mantiene que no habló de candidaturas con Manuel Chaves?
—Absolutamente. Todas las declaraciones que he hecho en todo momento se ajustan a lo que ha ido ocurriendo luego.
—Aspirante a candidato y secretario general. ¿No es usted juez y parte?
—Primero, es que en el Partido Socialista el secretario general normalmente suele ser el candidato en los distintos procesos autonómicos o locales. Ésa es la cultura o la forma o lo normal que suele ocurrir en el PSOE. Segundo, quien arbitra este y otros procesos es el aparato federal, que está en la calle de Ferraz. Nosotros somos aspirantes a candidatos. En el momento en que seamos candidatos, las condiciones e infraestructuras que tiene cada uno serán exactamente idénticas para todos.
—Pero usted como secretario general tendrá, por ejemplo, acceso a listas de antiguos procesos...
—Quien tiene el censo es el aparato federal. Y espero que no lo tenga nadie más. Cuando leemos en algunos medios de comunicación cuál es el número de afiliados que va a votar, imagino que es una «intuición» del medio de comunicación. Eso se supone que no lo sabemos nadie, y desde luego yo no lo sé. El censo de afiliados de hace un año no vale. El único válido es el que cede el aparato federal, el de los militantes con derecho a voto.
—¿Cuántos calculan más o menos?
—No lo sabemos.
—¿El último censo qué decía?
—Insisto, nosotros tenemos el censo de simpatizantes y de afiliados, pero no sabemos cuántos de esos afiliados van a tener derecho a voto.
La plataforma de apoyo a la ministra de Sanidad demanda que el PSM libere medios. Le ha llegado a exigir a usted el censo de militantes... ¿Se podría decir que el proceso no está bien diseñado?
—No, no. Mal diseñado no debe estar cuando se convierte en una oportunidad electoral para el Partido Socialista. Nosotros tenemos un proyecto muy sólido, elaborado durante más de tres años y, en tres semanas, hemos logrado contárselo al conjunto de los ciudadanos. Por lo tanto, bienvenido sea este proceso de primarias.
—Pero, ¿le cedería usted infraes tructuras o medios del PSM a la ministra de Sanidad?
—Primero, quien marca este proceso es el aparato federal. Segundo, sobre las ventajas... El aparato federal de mi partido tiene mucho peso. Aquí va a ganar las elecciones quien decidan los militantes. Anticipar un resultado sería una falta de respeto para todos ellos. Pero le puedo asegurar que es muy duro tener al aparato federal enfrente. Hace difícil esta candidatura, desde luego.
—No obstante, usted insiste en luchar.
—Por un compromiso ético. Yo entiendo la política como un compromiso ético, de ideas y valores, y no como un instrumento de carrera profesional. ¿Qué mensaje hubiéramos dado a los ciudadanos si yo antepongo intereses personales a un compromiso ético, si no hubiera habido primarias, si yo hubiera dado un paso atrás?... Hubiéramos transmitido que los militantes madrileños no son capaces de dar lo mejor. La gran victoria de los socialistas madrileños es que se produzcan estas elecciones. Van a decidir lo más acertado. Yo soy economista y amo mi profesión. Estoy en política porque creo en un sueño. Tuve un sueño para un municipio Parla y ahora tengo un sueño para mi Comunidad. No estoy aquí para otra cosa.
—Si gana usted, ¿incorporará a Jiménez a su equipo?
—Todavía falta mucho para las elecciones. Todos tenemos pasado e historia, y mi comportamiento político siempre me ha llevado a actuar de la misma forma. Creo en la integración, en la suma de voluntades y el esfuerzo para que se produzca el cambio.
—Entonces, ¿podemos entender que sí?
—He dicho que falta mucho para eso. La historia de cada uno marca, y yo siempre he sido coherente.
—La titular de Sanidad se ha negado a un debate. ¿Cree usted que tiene miedo al cara a cara?
—Siempre respeto todas las opiniones y posiciones políticas. Yo expresé mi opinión, ella la suya. Ahí ha quedado. No tengo nada más que decir.
—Aquella comparación de Trinidad Jiménez con la cultura del pelotazo...
—No. Me refería a que creo en el trabajo permanente, en el esfuerzo como cultura y como forma de hacer las cosas. Por tanto, sé lo que representa mi candidatura: un proyecto completo y diferente para Madrid. No creo en las píldoras milagrosas de alguien que llega y cambia una dinámica determinada. Quizá las palabras no fueron las más idóneas ni las más afortunadas. Hablaba en términos políticos.
—Juan Barranco, Joaquín Leguina, Pepe Acosta... Da la impresión de que los apoyos que recibe usted forman parte de la vieja guardia o «mesa camilla» del aparato socialista de Madrid, de la FSM...
—Hay un amplio abanico de apoyos a esta candidatura. Mire el caso de José Andrés Torres Mora. Se han pronunciado la mayor parte de alcaldes, de secretarios generales, de responsables políticos de agrupaciones, muchos militantes, personas...
—¿Le han llamado Felipe González, Alfonso Guerra o Javier Solana?
—Nunca suelo revelar conversaciones privadas. Sería una falta de respeto. La gente habla públicamente en el momento que considera. Es un acto de lealtad. Seguirá habiendo llamadas y apoyos en las próximas semanas. Ni espero ni dejo de esperar.
—¿Es cierto que le propuso a Gregorio Peces Barba acompañarle a usted en calidad de candidato al Ayuntamiento a través del alcalde de Alcorcón, Enrique Cascallana?
—No.
—Entonces, ¿fue Cascallana de «motu propio»?
—A mí no me consta que Cascallana haya ofrecido nada.
—También se dijo que propuso a Rodríguez Zapatero que Jiménez fuese de segunda suya, entregando así la cabeza del portavoz del PSOE en el Consistorio, David Lucas.
—Lo he leído en algún medio de comunicación. Pero eso es absolutamente falso. Está comprobado, ¿no? Creo que la realidad hace evidente la verdad. Con la democracia no se negocia. De hecho, David Lucas no es aspirante a candidato porque él ha decidido no serlo.
—Frente al tándem que conforman Jiménez y Lissavetzky, ¿no queda un poco coja la candidatura de Tomás Gómez a la Comunidad de Madrid sin nadie que le acompañe en el Ayuntamiento?
—No. Aquí no hay familias, aquí no se busca un candidato para oponerse a no sé quién. Esto responde a proyectos, a coherencia y al cumplimiento de la palabra. De momento, hay un solo candidato al Ayuntamiento, que es Jaime Lissavetzky, y yo no puedo anticipar si va a haber más, porque no lo sé. Eso depende de la voluntad que tengan los militantes en esta federación. Como tampoco puedo saber si va a haber más candidatos a la Comunidad de Madrid. De momento, hay dos personas que han mostrado su disposición a ser candidatos a la Comunidad, que somos la ministra y yo mismo.
—¿La unión de los alcaldes del sur no se empieza a resquebrajar?
—Los alcaldes del sur tienen una posición institucional, que no de partido, contra el Gobierno de Aguirre. Ellos defienden los derechos de los ciudadanos al margen de esta competición democrática que tenemos.
—¿La relación con el ministro de Fomento, José Blanco, es mejorable?
—Tengo una relación de absoluto respeto con el secretario general de mi partido y ministro de Fomento. Pero todo en la vida es mejorable... Y empeorable.
—¿Qué opina de lo que ha dicho el ministro del Interior y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de que su mayor activo es haber dicho que «no» a Zapatero y que eso se convertirá en una rémora para usted?
—Insisto, soy muy respetuoso con lo que diga cualquier cargo o militante. No es una cosa que me sorprenda. Era previsible el respaldo de los miembros del Gobierno de la nación a la compañera Trinidad Jiménez.
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