Sábado
, 23-01-10
AUNQUE por los adolescentes que la habitan parezca que en La Moncloa todo el año sea Halloween, Zapatero no juega al truco o trato.
-¡Nada de trucos para dejar a los «sin papeles» sin escuela o sanidad!
He ahí todo el regeneracionismo de Costa -escuela y despensa- en una baya del Yogi.
Las bayas del Yogi son como las del Goji, pero en política, y Zapatero manifiesta con ellas su sentido de la justicia poética, ése que podría llevarlo a anunciar en el Desayuno de Oración la subasta del gotelé de Barceló en la Onu de Ginebra, que costó veinte millones de eurazos, para proveer a la necesidad de los «sin techo» en Haití.
Ni Bambi ni Petit ni Gamoneda. El modelo intelectual de Zapatero es Yogi, Yogi Berra, el beisbolista americano que ha legado a la posteridad cientos de... bayas de Yogi, que no son las greguerías de Ramón ni las jitanjáforas de Reyes, si bien Antonio Muñoz Molina llegó a confundirlas con los proverbios del oso Yogui (Yogui Bear), cuando todavía no estaba de moda el krausismo -fin de semana en el campo- de Bear Grylls.
Por el blog de José M. Guardia sabemos que en América a las bayas de Yogi las llaman «malapropismos», por la Sra. Malaprop, personaje de una comedia dieciochesca que se expresaba como Zapatero, comoYogi o como un amigo mío cuyo arranque de entrevista a Ágatha Lys no he podido olvidar: «Ágatha, felina como su propio nombre indica...»
-Queremos que cualquiera que pueda encontrar un trabajo sea capaz de encontrar un trabajo -dijo una vez Yogi Berra.
-Para el que pierda el empleo hoy, lo peor llega hoy -replica Zapatero, que habla de «la gobernanza» con ese desparpajo cultural que le ha pegado Cebrián, el académico promotor de la cursería.
Todo el zapaterismo -y el espíritu, ay, de esta sociedad tan certeramente representada en él- cabe en un puñado de «malapropismos» o «zapatofonías» de Yogi Berra que circulan por la Red.
-¿Política? «El béisbol es cuestión de cerebro en un noventa por ciento, la otra mitad es esfuerzo físico.» ¿Críticas? «Nunca hay que responder a una carta anónima.» ¿Crisis? «Corta la pizza en cuatro pedazos, no tengo tanta hambre como para comerme seis.» ¿Paro? «Suelo hacer un par de horas de siesta, desde la una hasta las cuatro.» ¿Sgae? «Si no puedes imitarlo, no lo copies.» ¿Bar Faisán? «¿Qué haría si encontrara un millón de dólares? Localizaría a quien lo hubiera perdido, y, si fuera pobre, se lo devolvería.» ¿Presidencia europea? «¿Para qué comprar buenas maletas? Sólo se utilizan en los viajes.» ¿Oposición? «Hay que ir a los funerales de los demás; si no, no vendrán al tuyo.» ¿Iglesia? «Ya nadie va a ese sitio, hay demasiada gente.» ¿La Moncloa? «Es un gran hotel. Las toallas son tan gruesas que casi no puedo cerrar la maleta.» ¿Futuro? «El futuro no es lo que era.» ¿Algo más? «Yo no he dicho todo lo que he dicho.»