Viernes, 05-06-09
SARA MEDIALDEA
MADRID. Las multas del Ayuntamiento no se pagan, pero las de la Dirección General de Tráfico (DGT), sí. Esa vieja máxima que siguen muchos conductores es la que el Gobierno local quiere cambiar. Para empezar, va a darle un acelerón al cobro de multas del radar impuestas en la M-30. ¿Cómo? Mediante un convenio que en breve firmará con la DGT, por el que será este organismo, a través de su Centro Estrada, en León, quien gestionará el cobro de estas sanciones.
No es algo intrascendente: según cálculos del área de Hacienda, que dirige el concejal Juan Bravo, la cuantía de las multas que se imponen durante todo un año por el radar en la M-30 ronda los 40 millones de euros, un 20 por ciento del total por sanciones en Madrid.
De hecho, en el presupuesto municipal para este año se preveían unos ingresos por multas de 270,4 millones de euros, un 53,4 por ciento más que en 2008. El convenio con la DGT, que preven firmar antes de fin de año, lleva ya muchos meses de trabajos previos, y está a falta de salvar algunas trabas administrativas.
Cobro centralizado
El acuerdo pretende aprovechar las excelentes dotaciones y los magníficos resultados que está consiguiendo el Centro Estrada, situado en León, y donde la DGT ha centralizado el cobro de multas de radar de toda España.
«Este centro -explicó el concejal Juan Bravo- ha supuesto una gran inversión de sistemas informáticos y alcanza un índice de cobro de sanciones muy alto». De ahí que quieran que sea ese mismo centro el que se encargue de cobrar las multas del radar impuestas en la M-30.
El Ayuntamiento quiere copiar el modelo que tan bien le está yendo al director de Tráfico, Pere Navarro, y mejorar su efectividad en el cobro de sanciones. Reconocen que en la actualidad se cobran en periodo voluntario un 30 por ciento de las sanciones impuestas en Madrid, mientras que por la vía ejecutiva se recauda otro 15 por ciento: en total, ni la mitad del total.
La DGT, sin embargo, según datos municipales, desde que ha abierto este nuevo centro cobra un 65 por ciento de las sanciones en periodo voluntario y un 15 por ciento por la vía ejecutiva: en total, un 80 por ciento.
Los pasos que está dando el Gobierno local para hacer efectivas las multas por infracciones de tráfico son continuos. Primero, el conductor que infringía la ordenanza de Circulación en Madrid pero residía fuera de la capital no recibía nunca la multa. Para evitarlo, el Ayuntamiento firmó un convenio con la Comunidad de Madrid y ahora las sanciones también llegan al resto de la comunidad autónoma.
Después, se han firmado otros convenios por los cuales se ha conseguido embargar no sólo cuentas corrientes de morosos, sino también sus sueldos y salarios, o la devolución del IRPF.
De hecho, explican en Hacienda, el procedimiento que se sigue pasa primero por el pago voluntario. En caso de no producirse el pago, se va a la vía ejecutiva. Hay una primera reclamación por la vía de apremio, que supone un 20 por ciento de recargo sobre la multa inicial.
Proceso largo y farragoso
El tercer paso es el embargo de las cuentas corrientes, los sueldos y salarios y la devolución de la renta. «En los sueldos, primero se manda una carta al deudor avisándole, y si sigue sin pagar, se envía un requerimiento a su empresa, que tiene obligación legal de descontarle de la nómina la cantidad adeudada e ingresársela a la Hacienda local», explica Bravo.
Desde hace algunos meses, el Gobierno local ha empezado a aplicar este mismo procedimiento a los funcionarios municipales, entre las protestas de sus sindicatos.
No obstante, indican en el Ayuntamiento, el proceso para el cobro continúa siendo muy lento y farragoso: «En ocasiones -explican- el proceso por vía ejecutiva supone dos años de tiempo y y seis o siete envíos documentales con acuse de recibo que tiene que pagar el Ayuntamiento».
Por eso, el Gobierno local está también colaborando con la DGT en modificar la Ley de Seguridad Vial para simplificar el cobro de multas. Un cambio legal actualmente en tramitación.
La cuantía total de un año completo de multas del radar es de 40 millones de euros. Esa sería la cantidad a cobrar si se recaudaran todas las sanciones impuestas. Es una aproximación sobre el año 2008, en el que empezaron a funcionar 16 radares en los túneles de la M-30, hace ahora un año.
Haciendo una extrapolación de los datos, y teniendo en cuenta que las multas van de los 92 a los 400 euros -en función de a cuánta velocidad se rebasen los límites-, se calculan de media 160.000 multas al año, o lo que es lo mismo, unas 430 al día.
Esos 16 nuevos radares puestos en marcha hace ahora un año «cazaron» en su primera semana de funcionamiento a 1.500 conductores al día. En el conjunto de la semana, un millón de euros en multas y 10.200 coches sancionados. Una cifra que parece grande, pero no lo es tanto si se tienen en cuenta los más de 4,2 millones de vehículos que pasaron por los túneles esa misma semana.