Viernes, 05-06-09
POR FEDERICO MARÍN BELLÓN
-¿Cuántas veces le han preguntado si era necesario rodar un cuarto Terminator?
-Quería restablecer la credibilidad de la serie, porque las dos primeros son clásicos y la tercera fue un fiasco. La gente perdió la fe en Terminator; como cristiano que soy tenía que restablecerla.
-La película habla sobre las segundas oportunidades en la vida. ¿Lo fue también para usted?
-Sí, porque siempre he intentado reinventarme como cineasta. Acepto las críticas. El público tiene derecho a juzgarnos por nuestras obras, pero yo sabía desde el fondo de mi corazón que estas son las películas que deseaba hacer, con las que he crecido. De algún modo, era mi segunda oportunidad.
-¿Es su pasado una carga?
-Un poco, pero también estoy orgulloso de lo que he hecho, porque «Los ángeles de Charlie» era un desafío. Decían que no podría terner éxito con una franquicia de acción protagonizada por mujeres. Ahora el desafío era satisfacer el apetito por un nuevo Terminator de calidad. Quienes la han visto se han sentido satisfechos.
-¿Piensa seguir por este camino o seguir cambiando?
-Quiero ser impredecible, ser un artista y seguir creciendo. Quizá lo próximo que haga sea sobre el despertar de la primavera, o un drama alemán del siglo XIX, o una nueva entrega de Terminator... o la adaptación de «20.000 leguas de viaje submarino», de Verne. En cualquier caso, me reinventaré de nuevo y lucharé por hacer algo que no se haya hecho nunca. Es arriesgado, pero merece la pena.
-¿Cree en un futuro tan negro como pinta en su película?
-Desgraciadamente sí, aunque películas así reducen la posibilidad de que se cumpla. Mire lo que está ocurriendo en Corea del Norte. Da miedo. Necesitamos pensar y preocuparnos por el futuro del planeta o lo pagaremos. La inteligencia artificial también crece cada día. Es muy serio.
-Christian Bale es un actor enorme, quizá el mejor,...
-Es el de más talento. También me gusta Diego Luna.
-...pero ¿es difícil para un director joven?
-No para mí. Es muy apasionado, pero a mí me encanta la gente así. Lo peor que puedes encontrar en un actor es que te pida que le digas cómo hacerlo todo. Es terrible para él y para mí. Christian se esfuerza muy duro en cada papel. En «El maquinista» estuvo a punto de morir. Tiene un control absoluto de su cuerpo, de su respiración, decide cuándo parpadear en una escena. Ese es su poder como actor.
-En el filme, ¿por qué Connor no le puede contar sencillamente a Reese que es su hijo y que viene del futuro para salvarlo?
-Porque violaría una norma sagrada y no se cumpliría su destino.
-¿Y qué ocurrire si Connor falla en su misión?
-Es una pregunta muy difícil en el continuo espacio-tiempo. Es como «Regreso al futuro». Por eso elegimos mantenernos al margen de algo tan complejo como los viajes en el tiempo y respetar la mitología y el hecho de que Reese debe vivir para que en el año 2029 pueda viajar al pasado y proteger al joven Connor, que liderará nuestra salvación. Es complicado. Tendríamos que adentrarnos en la teoría de la relatividad, en cosas que no entiendo del todo.
-¿Realmente tiene tres Terminator más en mente?
-En efecto. El primero transcurre en la actualidad. Connor es enviado al pasado para organizar a la humanidad y prevenir el ataque de las máquinas. Tiene lugar en Barcelona, Tokio, el Cairo, Nueva York... Todos creen que está loco. Es su drama.
-Imagino que ahora se siente más fuerte en Hollywood.
-Sí, la taquilla o los resultados de audiencia de mis series me dan más libertad para hacer las películas que quiero. Me encantaría crecer como director y ser como mis héroes: Alfred Hitchcock, Spielberg, Kubrick, Tarantino...
-¿Cómo se ve a sí mismo en veinte años?
-Rodando películas más personales, más inteligentes, menos populares, aunque me encanta lo que hago ahora.