Adriana es brasileña y tiene 20 años. Es una de las prostitutas  que explotaba una red de burdeles clandestinos en pisos de Algeciras. Las obligaban a trabajar 24 horas al día. Todas son inmigrantes ilegales. Vivían recluidas en domicilios particulares que anunciaban en periódicos e internet. Tenían la obligación de entregar el 40% de lo que recaudaban. Los cabecillas de la red  son un matrimonio que las controlaba en todo momento, incluso con cámaras de seguridad. La operación continúa abierta. La Policía sospecha que hay más prostíbulos clandestinos en otros pisos de la ciudad donde se explota a mujeres. 



