Aún es pronto para saber si el Mundial de Brasil va a reescribir la historia del fútbol o, por el contrario, como siempre que se ha jugado una Copa del Mundo en tierras americanas, un país del Nuevo Continente se quedará con la gloria. El próximo 13 de julio, el mítico Maracaná dictará sentencia. Lo que a estas alturas de campeonato ya no tiene discusión es el mano a mano entre los porteros de las dos potencias futbolísticas. Con bastante diferencia, América está siendo la reina indiscutible del torneo entre los tres palos.
Mientras los europeos Casillas, Pletikosa, Hart, Beto o Buffon digieren, cervecita en mano y en una tumbona de alguna playa paradisíaca, su pobre Mundial, Ospina, Julio César, Romero y hasta Ochoa(a pesar de la eliminación de México) copan las portadas de sus países y de medio planeta. Y cómo no, por encima de todos ellos, emergen los 83 kilos de peso y 184 centímetros de altura del costarricense Keylor Navas, hasta el momento, el mejor portero de la Copa del Mundo: «Es un guardameta formidable. Se coloca muy bien, tiene muchos reflejos, es ágil, va bien por arriba y con los pies y demuestra pasión y amor hacia su profesión. Hablamos de un portero muy completo. A mí no me sorprende el fantástico Mundial que está haciendo. Durante la Liga, no ha habido reportaje del Levante que no tuviera un par de espectaculares intervenciones de Navas. De las 38 jornadas, en 16 dejó la puerta a cero. Eso demuestra otra de sus virtudes: su regularidad», comenta a ABC uno de los mejores porteros de la historia de España, Santi Cañizares.
Keylor Navas (15-12-1986, San Isidro de El General) llegó a España en 2010 procedente del Deportivo Saprissa, de San José de Costa Rica. Desembarcó en la península para jugar en el Albacete, por entonces en Segunda división. El conjunto manchego descendió de categoría pero su óptimo rendimiento le llevó a las filas del Levante por apenas 200.000 euros. En sus dos primeras campañas, Navas estuvo a la sombra de Munúa y tuvo que conformarse con jugar la Copa y la Europa League. Ha sido esta última temporada, con la marcha del uruguayo y la llegada al banquillo de Joaquín Caparrós, cuando el costarricense ha explotado: «Ahora mismo es el mejor portero del Mundial y, quizás, del mundo. Sin discusión. Por méritos propios. Sus paradas y los goles que salva hablan por sí solos», asegura Cañizares, aunque el exguardameta mira hacia el futuro y le exige un escalón más a Keylor: «Me gustaría verle en un equipo grande que opte a títulos. Quiero comprobar que con la presión y la obligación de estar en un conjunto ganador también rinde a la misma altura». Quien lo quiera, «solo» tiene que abonar al Levante diez millones de euros, el importe de su cláusula de rescisión.
Muy creyente y familiar
Keylor Navas solo ha encajado dos tantos en el Mundial y ya ha sido un par de veces nombrado «Man of the Match»: ante Inglaterra y Grecia, donde gracias a un par de antológicas paradas en la prórroga, más otra decisiva en la tanda de penaltis a su excompañero Gekas, metió a Costa Rica en los cuartos de la Copa del Mundo por primera vez en su historia: «No sé en qué pensé, solo recordé lo estudiado de sus lanzadores, reaccioné rápido al disparo y pude parar el penalti. Estoy feliz y agradecido a Dios por esta emoción de una victoria tan importante para el equipo y para nuestro país». Las primeras palabras de Navas tras la gesta, de gratitud hacia lo divino, revelan uno de los dos grandes pilares de su vida: la religión (el otro es su familia). Su devoción cristiana es tal que antes del inicio de cada partido se arrodilla en su área pequeña y reza una oración que siempre termina con un «Gracias a Dios… Todo es por Él». Keylor Navas, el mejor portero del Mundial. ¡Pura vida!
