En cuanto Argentina venció a Holanda en la tanda de penaltis y se metió a la final del Mundial de Brasil, las redes sociales explotaron una vez más todo su ingenio ante la posibilidad de un «derbi» entre el Papa argentino Francisco y su predecesor alemán Benedicto XVI. Las imágenes de ambos papas rezando, cada uno apoyando a su respectiva selección o levantando el trofeo para Argentina o Alemania el domingo en el estadio Maracaná comenzaron a circular en Internet en cuanto el conjunto «albiceleste» alcanzó su pase a la final.
También los fieles e hinchas en Italia quieren tener su propio «Vaticanazo» y pidieron pantallas gigantes en la plaza de San Pedro para poder ver la «final de los Papas». Sin embargo, el Vaticano se apresuró a poner fin a cualquier tipo especulación o broma de un posible encuentro mundialista entre Franscisco y Benedicto XVI el domingo.
«Me parece poco probable que el Papa Benedicto vea el partido», dijo el portavoz del Vaticano Federico Lombardi, teniendo en cuenta que el alemán Joseph Ratzinger tiene 87 años. En cambio Francisco, de 77 años, es conocido como un apasionado hincha de fútbol, sobre todo del club argentino San Lorenzo de Almagro.
«Que gane el mejor»
El portavoz no precisó si el Papa verá el partido, pero aseguró que se mantendrá «informado» sobre lo que ocurra en la final de Brasil 2014. Lombardi rechazó de todas formas que pueda existir algún tipo de tensión entre ambos. «Los Papas son superiores y siempre dicen que debe ganar el mejor», zanjó el portavoz.
Al comenzar Brasil 2014, el Papa anunció que se iba a mantener neutral durante el Mundial. «Los brasileños me pidieron neutralidad y cumplo con mi palabra», dijo el Sumo Pontífice, que intentó evitar cualquier tensión con los fieles del tradicional rival futbolístico de Argentina. Sin embargo, antes del partido por los octavos de final entre Argentina y Suiza el papa bromeó con un grupo de guardias suizos. «Va a ser la guerra», dijo jocosamente el Pontífice a un integrante de la Guardia Suiza apostado frente a la residencia de Santa Marta, donde se aloja el argentino en el Vaticano. Francisco no aceptó de todas formas la invitación de los guardias para que viera el partido con ellos en el cuartel.
Benedicto nunca demostró una afición especial por el fútbol, aunque durante el Mundial de 2006 en su país se dio a conocer que siguió varios encuentros.
