Vicente del Bosque tomó este viernes la palabra para analizar el estado de la selección española, eliminada del Mundial de Brasil 2014, y rodeada por las dudas tras la forma en la que cayó en los dos primeros partidos de la fase de grupos ante Holanda y Chile. El seleccionador tuvo que afrontar preguntas sobre su futuro al frente del equipo y la posible renovación generacional que parece inevitable, aunque dejó claro que antes de afrontar todo ello España tendrá que jugar ante Australia. «Estamos en plena competición. Aunque no sirva para nada el tercer partido, no es el momento para hablar de mi futuro. Haré lo que crea que es mejor para la Federación», advirtió el salmantino.
Del Bosque solo aclaró que intentará «ser absolutamente correcto con la Federación, que me ha tratado muy bien. Me siento un defensor y un apasionado del fútbol y quiero que las cosas funcionen bien. Si soy un estorbo, no dudéis que me iré. En septiembre comenzamos la clasificación, está a la vuelta de la esquina. Lo único que quiero es que nuestro fútbol siga funcionando correctamente».
Para el seleccionador español es muy importante el respaldo que pueda tener a la hora de seguir en el banquillo: «No quiero ser un estorbo, quiero estar respaldado y que seamos eficaces. Si debemos de seguir seguiremos y si no, no hay problemas. Priorizaremos qué es lo mejor para nuestro fútbol».
Del Bosque consideró que no habrá muchos jugadores «que se tengan que ir» después de este Mundial. «No hay tantos jugadores mayores, no hay tantos que estén al final. Dependerá del rendimiento. Pero viene gente de abajo y si vienen será por méritos, no por edad», agregó al tiempo que justificó su lista para la cita brasileña: «Hemos cometido errores seguramente. No es una ciencia exacta. Pero no creo que cambiara mucho nuestra lista a la de los demás».
No hubo falta de hambre
Sobre los motivos por los que el rendimiento de la selección española en Brasil 2014 no se ha acercado al esperado, Vicente del Bosque descartó que uno de ellos haya sido una falta de hambre en el grupo. «Cuando no encontramos disculpas en lo futbolístico buscamos algo más. Hemos perdido porque hemos sido inferiores y no hay más. En todas las familias ocurren cosillas. Algún problemilla, alguna mala cara, 23 jugadores y no todos pueden jugar. Pero los sustancial tiene que ver con el fútbol y hemos perdido porque hemos sido inferiores. Y eso es lo importante, que hemos sido inferiores a los demás».
Preguntado por el ambiente en la selección tras las palabras de Xabi Alonso en las que aseguró que al equipo le había faltado hambre, Del Bosque explicó que «son cosas que pueden ocurrir. Una cosa es decir que ha faltado hambre y la otra utilizando el puede ser. Cuando no se encuentran se buscan eufemismos pero la realidad es que hemos sido inferiores. A partir de ahí, buscad lo que queráis. Si nos hemos esforzado, si la mente no estaba limpia...».
«Llevamos 26 o 27 días, una convivencia fantástica, de las mejores que hemos tenido. Ni una pega y ningún problema. Creo que no ha habido ningún asunto que ha perturbado nuestra convivencia», añadió. «Yo creo que. Hemos tenido pocas ganas de hablar estos dos días, pero no es distanciamiento. En esa búsqueda de tener buenas relaciones nos hemos esmerado mucho. No ha funcionado mal en ese aspecto el vestuario y nos hemos vaciado. Hemos cedido y hemos forzado, y creo que el vestuario está bien», zanjó.
El cuerpo técnico, sorprendido
«Hay un poco de sorpresa porque he vivido la concentración, cómo se han entrenado y el compromiso del grupo ante una Copa del Mundo. Y es un golpetazo que no esperas. Estoy como cualquiera. Siempre hay que mirar al futuro de la selección», explicó Del Bosque sobre la temprana eliminación.
«Hemos tenido menos control de la situación que otras veces. Sufrimos mucho el primer día con los balones cruzados a la espalda de la defensa. El primer tiempo de Holanda fue bueno, pero fuimos débiles defensivamente. Y con Chile salimos muy tímidos y, aunque reaccionamos, no tuvimos suerte», explicó.
Del Bosque evitó poner el objetivo de las críticas en ningún jugador concreto: «Desde el primero al último, el rendimiento está muy por debajo. Y no es echar la culpa a nadie. Igual que cuando ganamos algo haríamos bien». «Tenemos jugadores y líderes de todo tipo. Creo que los tenemos y no podemos agarrarnos a este resultado para decir que no tenemos. Son prácticamente los mismos que estuvieron en Sudáfrica. Obviamente he echado en falta a los Puyol o Marchena, pero no podemos vivir siempre del pasado», agregó.
Sobre Xavi Hernández, señalado como uno de los jugadores que no han llegado a la cita mundialista en su mejor momento, el seleccionador realizó una apasionada defensa. «Xavi fue el que más corrió el otro día. No sé qué depara el futuro y hay una sensación de que es una selección muy mayor. Somos el octavo en ese sentido, pero venimos de un triunfo. Y Xavi es uno de ellos, posiblemente la bandera. Siempre ha tenido un comportamiento buenísimo en el campo. A partir de los 30, en España un jugador es mayor».
«El otro día no juega no porque tengamos algo en su contra. Queríamos abrir el campo con más velocidad, queríamos altura porque pensábamos que era un factor fundamental. Preferimos dejarle en el banco no porque hubiera jugado mal o porque fuera el culpable del partido contra los holandeses», explicó.
Respecto a los comentarios y críticas que la eliminación ha generado, el salmantino no consideró que fueran exageradas. «Hemos tenido ocasiones de gol claras y sólo hemos marcado un gol y de penalti. Y nos han metido siete. Luego hay otras críticas que no tienen que ver con el fútbol. El asunto Madrid-Barcelona es imposible que nos los quitemos de encima, esos que yo llamo cerriles que no se les puede convencer. Y no hay que perder energías».
Finalmente, sobre el equipo que el lunes se medirá a Australia en la despedida de Brasil 2014, Del Bosque aseguró que «no es un marrón hacer un equipo contra Australia, no». «De los 20 de campo, cualquier alineación es buena. No me extraña que todos estén disgustados en el banquillo, todos son titulares absolutos y eso supone siempre un problemilla».
