Aunque la Inteligencia Artificial (IA) se está aplicando en diversos sectores, su impacto más significativo en la calidad de vida de las personas será en el ámbito de la salud. Médicos y gestores pueden utilizar esta tecnología para mejorar la precisión, eficiencia y eficacia de sus procesos y procedimientos.
Como ocurre ante la irrupción de cualquier avance de gran impacto transformador, la aplicación de la IA debe garantizar los derechos fundamentales de las personas lo que, en el caso concreto de la salud, se aplica a ámbitos como la protección y confidencialidad de los datos. En este contexto, la Unión Europea (UE) ha aprobado recientemente la primera ley a nivel mundial para moderar el desarrollo, la producción y el uso de sistemas basados en inteligencia artificial. Al igual que sucedió en revoluciones tecnológicas anteriores, la transformación digital requiere también de la puesta en marcha de medidas y actuaciones para gestionar el cambio como, por ejemplo, la necesidad de adaptación de los puestos de trabajo o su migración hacia otros de mayor especialización.
La capacidad de innovación impulsa las mejoras competitivas de los países y el crecimiento de sus economías. Así como se aceptaron en su momento la rueda o la máquina de vapor, la inteligencia artificial coexistirá con otras herramientas tecnológicas, también en el sector de la salud.
Carlos Royo Sánchez, director de Estrategia de Salud en GMV, que trabaja en algunos de los proyectos de tecnología sanitaria más ambiciosos de nuestros días, explica a este respecto que “la IA no va a sustituir a médicos o enfermeros porque no es tan inteligente y precisa como parece, sino que, detrás, tiene que haber siempre un profesional cualificado”. Eso no significa, por supuesto, que la IA no vaya a revolucionar el sector. En realidad, ya lo está haciendo: “Contribuirá a solucionar retos a los que se enfrenta actualmente el sistema sanitario, como es su sostenibilidad, y, al mismo tiempo, ayudará a avanzar hacia una medicina más personalizada”.
La española GMV, que este año cumple cuatro décadas, está apostando decididamente por la investigación, la innovación y el desarrollo de proyectos en este campo. Entre ellos figuran algunos, como la creación de la primera red de datos para acelerar la aplicación de la IA en el Sistema Sanitario Español (proyecto TARTAGLIA), la aplicación de la IA para el guiado e interpretación de imágenes ecográficas (proyecto Alisse) o la personalización de tratamientos médicos a partir del análisis de datos clínicos (proyecto Medea), entre otros.
IA para diagnósticos médicos avanzados
El proyecto Alisse, concebido por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA) para diagnosticar a los astronautas durante sus misiones al espacio, se ha desarrollado, en palabras de Carlos Royo, “gracias al porcentaje de facturación que GMV invierte en I+D+i desde hace años y no existe nada parecido a nivel mundial”. Como explica el experto, “Alisse parte de una tecnología diseñada para facilitar la captura de imágenes de calidad diagnóstica en la propia estación espacial internacional cuando un astronauta enferma, de modo que una persona no especializada pueda obtener una imagen con calidad para realizar un diagnóstico preciso”. GMV ha liderado este proyecto, junto al Hospital Universitario de La Paz en su parte clínica, y la Universidad Complutense de Madrid en cuanto a la actividad investigadora.
Los socios del proyecto han llegado a la conclusión de que la tecnología de uso espacial también puede resultar útil en un centro de atención primaria. “Sería un gran avance lograr que alguien sin formación específica ni equipamiento especial pudiera ser capaz de utilizar un ecógrafo y generar imágenes con calidad suficiente para que los médicos especialistas puedieran emitir un diagnóstico”, cuenta este médico, que lleva treinta años dedicado al mundo de la tecnología. “Contribuiría a agilizar el trabajo en el servicio de radiología de urgencias de los hospitales a la vez que ayudaría al cribado, y esto puedo confirmarlo desde mi experiencia como antiguo médico y gerente de atención primaria”, destaca.
Para hacer realidad este logro, explica Carlos Illana, jefe de proyecto y líder técnico de Alisse, GMV y el Servicio de Radiología de Urgencias de La Paz, han analizado miles de imágenes médicas digitales a través de la inteligencia artificial. Y es que el análisis masivo de datos mediante esta tecnología abre posibilidades insospechadas hasta hace pocos años. Como aclara Illana, la IA más útil en el campo de la medicina es la llamada discriminativa, que permite, por ejemplo, descubrir nuevos enlaces entre moléculas para generar fármacos personalizados. “Esta IA maneja y analiza una ingente cantidad de datos que un ser humano no es capaz de manejar y analizar, pero sí lo es una IA que disponga de datos homogéneos y estandarizados con los que entrenar sus algoritmos para sacar conclusiones”.
En el caso del proyecto TARTAGLIA, GMV ha logrado avances significativos en la detección del cáncer, identificando variables clave con la alta incidencia en el desarrollo de tumores de mama y pulmón, lo que representa un gran paso hacia la mejora de los métodos de diagnóstico y tratamiento. Para ello, se ha trabajado con un modelo de deep learning, un tipo de IA que usa redes neuronales artificiales para simular el funcionamiento del cerebro humano.
Con el propósito de garantizar la ciberseguridad de los datos en la investigación clínica y farmacológica, GMV ha desarrollado también una herramienta digital que permite analizar datos sin sacarlos de sus repositorios. Este desarrollo tecnológico, llamado uTile, ha sido empleado en la investigación del cáncer de próstata, la detección temprana de deterioro cognitivo y la retinopatía diabética. El gran salto adelante que permitirá el uso de la IA en salud para la aplicación de una medicina personalizada de precisión no se cuestiona. Como afirma Carlos Royo, “utilizando esta tecnología será posible tener en cuenta variables como, por ejemplo, el distrito en el que vive el paciente, las horas de sol que recibe, cuál es su ambiente laboral, etc. como variables externas a la persona que conforman el denominado exposoma”. Gracias a la tecnología, explica este doctor, “podremos cruzar por primera vez estas variables con datos clínicos de los pacientes para obtener diagnósticos y tratamientos más personalizados”.
El último de los ámbitos en los que GMV ha empezado a aplicar la IA es en el de la genómica. Inmaculada Pérez Garro, directora de Salud Digital de GMV, explica cómo, en otro de los proyectos en los que la compañía introduce su tecnología, Medea, se ha desarrollado una herramienta sofisticada para la toma de decisiones en el campo de la farmacogenética. En este proyecto se analizan, explica la experta, “las variantes genéticas de un paciente, su historia clínica y sus hábitos de vida, para analizar cuál es el tratamiento más preciso para cada paciente”. El Proyecto Medea ha sido impulsado por el Servicio de salud extremeño y desarrollado con tecnología de GMV.
El futuro de este tipo de tecnologías en el ámbito de la salud está íntimamente ligado a las normativas europeas que las regulan. Otro de los factores que impulsan la IA en salud es la reciente aprobación de una normativa sobre el Espacio Europeo de Datos Sanitarios con el objetivo de propiciar el uso de espacios federados de datos. Esto implica que diversas organizaciones, como hospitales y universidades, puedan compartir datos sanitarios con los que entrenar a los algoritmos de IA. “Compartir información va a ser necesario en beneficio de todos, porque cuanta más información heterogénea tengamos, mejor entrenaremos los modelos de IA y mejor vamos a atender a los ciudadanos” concluye Pérez Garro.
Ciberseguridad y asistencia integral del paciente
El sector se enfrenta también a otro tipo de retos y uno de los más decisivos es el de la ciberseguridad. En los últimos años, numerosos hospitales se han convertido en objetivo de ciberataques. GMV tiene una probada experiencia en el sector de la ciberseguridad y, desde hace años, trabaja en promover soluciones adaptadas al sector sanitario. “En el mercado negro se valoran más los datos de salud que los datos bancarios”, asegura Carlos Royo, “y por eso debemos generar vacunas de ciberseguridad para defender un sistema crítico, como es el sanitario, que en España es el segundo sector por número de incidentes de ciberseguridad”.
Un ciberataque contra un hospital, precisa Royo, puede “paralizar un quirófano, o una agenda de citas de consultas especializadas durante semanas”. Partiendo de la base de que cualquier tecnología sanitaria es fuente de posibles hackeos, la premisa que GMV defiende es la de incorporar a sus productos la ciberseguridad desde el diseño. El fin último es el de proteger, tanto las instalaciones del hospital, como aquellas que sirven para el seguimiento y monitorización del paciente fuera de ellas, adecuándose al concepto de hospital líquido -en el que el cuidado del paciente traspasa las paredes del centro, incluyendo la atención domiciliaria- defendiendo así la necesidad de ciberprotección de todos los dispositivos médicos, incluidos, por ejemplo, los que monitorizan en casa la salud del paciente.
Otro de los ambiciosos proyectos en los que participa GMV es Carematrix, muy vinculado con la plataforma Antari, un agregador de IA desarrollado por la empresa española para la asistencia sanitaria que permite recopilar y organizar información de diversas fuentes en un solo lugar. En palabras de Royo, “Carematrix es un proyecto europeo cuyo reto es gestionar de la mejor manera para el paciente con multimorbilidad -presencia de dos o más enfermedades crónicas en un mismo individuo- que es un problema creciente”. Teniendo en cuenta el dato de que el 65% de las personas de más de 65 años presentan multimorbilidad, el objetivo del proyecto es atender mejor a estos pacientes bajo cuatro factores: reducción del tiempo dedicado a visitas al médico, mejora en aspectos asistenciales, disminución de los incidentes con datos de pacientes y reducción del número de errores clínicos, que se estima que podría bajar en un 30%.
Según comentan los expertos de GMV “Antari contribuye a implementar la atención integral del paciente, que va más allá del entorno hospitalario, así como a la sostenibilidad de los sistemas de salud”. Esta plataforma digital que trabaja con IA facilita a los profesionales la planificación y coordinación de las actividades de un plan de pacientes, permitiéndoles su monitorización, ofreciéndoles alertas y apoyándoles con evidencia a tomar decisiones. Gracias a ello los pacientes pueden disfrutar de servicios asistenciales y formativos más adaptados a su perfil y estilos de vida.
Como explica Inmaculada Pérez, Antari “permite al profesional sanitario elegir en sus procedimientos asistenciales qué modelo de IA o dispositivo médico prefiere utilizar con sus pacientes en función de sus patologías”. El resultado de los modelos de IA desarrollados por los científicos de datos con Antari es accesible y se integra con el sistema de salud de cada hospital o centro de Atención Primaria a través de esta plataforma.
Los responsables de GMV destacan la forma en que la tecnología está modificando la prestación de servicios de salud y el sistema sanitario. El objetivo, afirman, “es formar parte de esta evolución con el fin de lograr que los ciudadanos tarden más en enfermar y que aquellos que lo hagan disfruten de una mejor calidad de vida”, asegurando que “la revolución tecnológica en el ámbito sanitario es imparable”.


Bernardo Álvarez-Villar