?
Síguenos en

un proyecto con

GMV

Operaciones multidominio y nubes de combate: cómo serán las guerras del futuro y cómo se prepara la UE para defenderse

En el actual contexto geopolítico, contar con un ejército profesional y tecnológicamente avanzado es tan importante como disponer de un ecosistema industrial que lo sustente. Empresas españolas como GMV contribuyen a modernizar los sistemas de defensa europeos

Bernardo Álvarez-Villar

Compartir

Tras varias décadas de paz en Europa, las turbulencias de la historia vuelven a llamar a la puerta del viejo continente. La invasión rusa de Ucrania, el frágil equilibrio en Oriente Próximo y el auge de China nos recuerdan que la paz no sale gratis y que son necesarios recursos para asegurarla. En un contexto geopolítico convulso, la Unión Europea ha empezado a entender en los últimos años la importancia de contar con una sólida política de seguridad y defensa y, en consecuencia, con una industria capaz de dotar a los Estados miembros de la protección necesaria. En este sentido, dentro del Plan de Acción Europeo para la Defensa, puesto en marcha en 2016, destacan mecanismos como el Fondo Europeo de Defensa, cuyo objetivo es  promover la soberanía tecnológica e industrial de la Unión, que apuntan en ese sentido.

Para que esto sea posible es crucial contar con un tejido de empresas tecnológicas con capacidad industrial. Una de las compañías que destacan en ese ecosistema europeo es la española GMV, que este 2024 cumple cuatro décadas y que, desde hace varios años, se sitúa en primera línea del desarrollo de tecnologías de defensa. GMV, que nació en 1984 como una compañía con clara vocación internacional y destacable actividad en el mercado espacial, ha sabido transferir su soberanía tecnológica a otras áreas, como la defensa, donde hoy juega esta partida con otros grandes grupos industriales del sector. 

Manuel Pérez Cortés, director general de Defensa y Seguridad de GMV, señala algunas de las fortalezas que han llevado a la compañía a hacer de la defensa una de sus principales actividades: “GMV tiene, desde sus orígenes, un marcado componente internacional, ya que nació como una empresa que trabajaba para la Agencia Espacial Europea”. Su saber hacer en materia de espacio ha llevado a GMV a ser una compañía de destacable excelencia técnica: fue una de las primeras compañías españolas en adquirir el nivel 5 sobre 5 de CMMI (Capability Maturity Model Integration), lo que demuestra su compromiso con la calidad. 

Todo ello, junto a un equipo humano que busca estar a la vanguardia en cada uno de sus procesos, ha hecho de GMV una de las principales adjudicatarias en proyectos de innovación, investigación y desarrollo de tecnología para la defensa y seguridad. Entre algunos hitos cabe destacar a GMV como clara referencia en el desarrollo de sistemas de mando y control y sistemas de navegación, así como en sistemas de inteligencia y en el desarrollo y despliegue de tecnologías aplicadas a la vigilancia fronteriza.

La industria tecnológica como pilar de la defensa

El director de desarrollo de negocio y relaciones institucionales en Defensa de la compañía, José Prieto, reconoce que el incremento de la inversión en defensa por parte de los Estados ha mejorado las perspectivas del sector. Los países miembros de la OTAN se han comprometido a alcanzar para 2029 una inversión del 2% del PIB en defensa: “Es un compromiso que viene de 2014, en un momento en el que quizás muchos países no podían alcanzarlo. Pero sí apreciamos que hay una intención de acercarse: en 2023 el gasto español fue del 1,24%, en 2024 será del 1,30% y se espera llegar al 2% en 2029”, tal y como han expresado la ministra de Defensa y el presidente del Gobierno en los últimos meses.

Este incremento en la inversión viene acompañado por una renovada conciencia estratégica en un momento en el que tener una industria potente es tan importante como contar con un ejército profesional y bien dotado. “Circula ahora un concepto muy interesante”, explica Prieto, “que se refiere a la industria como el sexto dominio de la defensa, junto a tierra, aire, mar, espacio y ciberespacio. Se trata de contar con una industria que te garantice independencia tecnológica para asegurar la capacidad de suministro en un hipotético escenario de escasez y confrontación. Por eso, en GMV mantenemos un estrecho contacto con el ministerio de Defensa cuyo fin es asegurarnos de que la estrategia de la compañía está alineada con sus necesidades”.

La industria nacional contribuye de forma crucial a las capacidades operativas de nuestras fuerzas armadas, motivo por el que la Unión Europea busca fortalecer la base tecnológica e industrial de la defensa con el fin de que las empresas puedan proporcionar a los ejércitos las capacidades militares que necesitarán en el futuro. Todo ello requiere un esfuerzo económico y una inversión acorde a las nuevas necesidades, articulada a través de los Fondos Europeos de Defensa. Como destaca Begoña Rojo, integrante del equipo de desarrollo de negocio en Defensa, GMV está activa en 28 proyectos de los mencionados fondos y permanece a la espera del resultado de otros ocho proyectos presentados a la convocatoria de 2023. “Estamos preparando otros proyectos para 2024”, apunta. Un claro ejemplo de estos proyectos articulados a través de los Fondos Europeos ha sido CONVOY, que GMV lidera desde 2022 y cuyo fin es combinar varias tecnologías en la detección de artefactos explosivos y explorar la potencial de la inteligencia artificial para reconocer amenazas”.

Operaciones multidominio: cómo adaptarse a las guerras del futuro

Todos estos programas se enmarcan en el plan de adaptación a las llamadas amenazas híbridas, que son aquellas que combinan las técnicas de guerra tradicional con otras estrategias como amenazas cibernéticas o la manipulación de la información. Como señalan desde GMV, la Unión Europea publica frecuentemente informes y recomendaciones sobre amenazas híbridas en los que detalla qué acciones deben ponerse en marcha para combatir este fenómeno. A partir de estos informes, la UE ha puesto en marcha una serie de iniciativas orientadas a garantizar su seguridad. “Todavía estamos aprendiendo”, reconoce Begoña Rojo, “tanto a nivel operativo como a nivel industrial.  Las empresas tienen que innovar, igual que tienen que hacerlo las fuerzas armadas en sus operaciones”, destaca. 

Esta nueva concepción estratégica se asienta en las llamadas operaciones multidominio, que se desarrollan en un entorno más complejo que es el denominado “campo de batalla transparente”, en el que todo se ve y todo es susceptible de ser atacado. 

En este tipo de operaciones resulta esencial contar con una adecuada conciencia situacional que asegure que la información llega a cada uno de los actores involucrados en la operación militar en el instante adecuado y con el nivel de detalle y el formato correcto. Para ello, GMV proporciona, entre otros, sistemas de análisis e inteligencia que apoyan la toma de decisiones. La compañía también trabaja en sistemas como CLAUDIA, desarrollado para la Agencia Europea de Defensa (EDA), cuyo objetivo es proporcionar ayuda en la evaluación del proceso de toma de decisiones centrándose en los escenarios militares relacionados con la defensa híbrida, mediante un extenso análisis y a menudo ayudado por algoritmos de inteligencia artificial.

A raíz de la guerra en Ucrania, la UE se ha puesto a analizar críticamente sus necesidades de cara a la guerra moderna. “Ya en 2022 la Comisión Europea publicó un informe que señalaba tres prioridades muy urgentes”, señala Rojo, “que eran reponer arsenales, sustituir los sistemas heredados de la URSS y los sistemas de defensa aéreos y antimisiles. La Unión también ha señalado otras carencias a solventar a medio plazo, como la defensa aérea o marítima. En estos dos años de guerra la UE ha visto que las tecnologías masivas son el uso de drones, la guerra electrónica, las operaciones cibernéticas, el espacio y la artillería antiaérea a muy baja cota para drones. Veremos cómo evoluciona esta tendencia en los próximos proyectos de los fondos europeos”.

Un sistema de vigilancia fronterizo para toda la UE

Más allá de la investigación en tecnologías con aplicación puramente a la Defensa, GMV participa también en el desarrollo de tecnologías de vigilancia fronteriza. Como señala Manuel Pérez Cortés, “desde 2010 hemos participado con Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, en un proyecto piloto de un sistema de vigilancia marítima conjunto para toda la UE. Y es que lo que han visto los estados de la UE es que la única manera de asegurar una coherencia dentro del espacio Schengen es compartir datos de incidentes de vigilancia marítima”.

Una vez aprobada la regulación EUROSUR en 2013, GMV comenzó a trabajar en el desarrollo de una red que permite compartir ese tipo de información sobre tráfico ilegal o cruces fronterizos: “Nosotros hemos creado esas pasarelas de intercambio de información”, destaca el director general de Defensa y Seguridad de GMV. En este ámbito, GMV es asimismo responsable del sistema Sócrates, una familia de productos que permite compartir información entre diferentes estamentos no armonizados: la Guardia Civil, aduanas, Salvamento Marítimo…, permitiendo una comunicación que facilite una vigilancia eficaz de nuestras fronteras. 

La industria de la defensa se fortalece a pasos agigantados. En España, empresas como GMV ponen su experiencia y conocimiento tecnológico al servicio de los ejércitos para proporcionarles las capacidades militares del futuro, así como la soberanía tecnológica, clave para la independencia de la UE en tiempos de crisis.