Los asesores de banca privada cotizan al alza

En un periodo marcado por la incertidumbre económica, cada vez más clientes de alto patrimonio optan por un ‘private banker’. La profesionalidad, la cercanía y la confianza son virtudes de una figura en auge.

Basta echar la vista atrás, apenas unos pocos años, para darse cuenta de que hemos vivido tiempos vertiginosos. Y seguimos en ellos. Acontecimientos como una pandemia mundial o una guerra en territorio europeo han afectado a infinidad de aspectos del día a día, y han puesto a prueba la resistencia de nuestras sociedades, recursos y sistemas de protección social. 

Todo ello se ha traducido en una inestabilidad económica palpable, especialmente debido a fenómenos como el alza de los precios de las materias primas o una persistente escalada inflacionista. Los medios de comunicación abren diariamente sus telediarios con noticias que, como poco, generan cierta sensación de inquietud en buena parte de la población. 

En ese contexto, claramente marcado por la incertidumbre, es donde ha ido ganando presencia de manera progresiva la figura del asesor financiero. Una demanda que también crece entre las familias y los clientes de alto patrimonio que, en su caso, reciben el apoyo de profesionales especializados como los asesores de banca privada o ‘private bankers’ para que les guíen y les acompañen en la planificación financiera y las estrategias de inversión.

Cuestión de confianza

Los motivos de la demanda de los banqueros privados son muchos y muy variados, pero todos pasan por una sola palabra: confianza. Una virtud que juega un papel clave cuando se habla de dinero. Al fin y al cabo, buena parte del papel de uno de estos profesionales pasa por canalizar las emociones del cliente.

A la hora de hacerlo, el trato cercano es esencial. Gracias a ello se establece una estrecha relación entre ambas partes que permite al profesional dar las mejores soluciones, siempre personalizadas para cada caso. Para ello es clave contar siempre con el mismo asesor: una relación a largo plazo y continua permite hacer frente a fenómenos como la inflación o el pago de impuestos. Todo ello, de cara a uno de los principales objetivos de todo banquero privado o ‘private banker’: preservar e impulsar el capital.

En el caso de los clientes de alto patrimonio, todos estos atributos cobran una importancia vital, dado que en los banqueros privados encuentran una planificación y unas estrategias de inversión flexibles que se adaptan a sus circunstancias e incluso permiten aprovechar las mejores oportunidades que brinda el mercado.

Líderes en satisfacción

De cara a medir el grado de satisfacción de un cliente con una entidad financiera, sea cual sea sus necesidades y patrimonio, no hay nada como echar un vistazo a los datos. Y con ellos en la mano, determinadas empresas se llevan la palma. Es el caso de Banco Mediolanum, que puede presumir de ser la entidad con los clientes más satisfechos de la banca española, tal y como se desprende del estudio anual que realiza la consultora independiente Stiga entre la clientela de los principales bancos de España. 

Esa buena nota es extensible a los servicios de asesoría financiera que reciben los clientes de la división de banca privada de Banco Mediolanum por parte de su ‘private banker’. ¿El motivo? La relación que el cliente establece con su entidad a través del profesional que le asesora, quien, a su vez, obtiene la recompensa de poder ejercer y desarrollar su actividad con flexibilidad, y en constante crecimiento a través de una relación profesional, humana y directa.

Además, la totalidad de sus ‘private bankers’ tiene la certificación EFA o European Financial Advisor, y muchos de estos profesionales también cuentan con el EFP o European Financial Planner, que está considerada como la máxima cualificación profesional a nivel europeo en la gestión de patrimonios.

Y es que, en tiempos de incertidumbre, nada como volver a poner en valor la importancia de estar cerca.