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Así se trabaja desde España para prevenir los futuros desastres naturales

La observación de la Tierra es una de las mejores herramientas para contribuir a la sostenibilidad del planeta

Noelia Hontoria

25 de septiembre de 2023

La observación de la Tierra es una disciplina que busca desarrollar métodos y tecnologías para monitorizar, a lo largo del tiempo, las características y procesos físicos, morfológicos, químicos y biológicos de la Tierra utilizando imágenes obtenidas desde constelaciones de satélites en distintas órbitas. El objetivo es analizar y predecir el comportamiento del planeta para mejorar nuestra capacidad de actuación ante situaciones extremas.

Los programas de observación de la Tierra ofrecen enormes posibilidades en los distintos ámbitos científicos, socioeconómicos y medioambientales. Y han conseguido aglutinar a usuarios, investigadores, mundo académico, industria y administraciones públicas, convirtiéndose en una herramienta esencial para la definición y seguimiento de las políticas que rigen la vida de los ciudadanos.

A nivel europeo existen programas esenciales de observación de la Tierra, como Copernicus, de la UE (y su familia de satélites Sentinel), así como los denominados ‘Exploradores de la Tierra’, constelaciones científicas y de investigación pertenecientes a la Agencia Espacial Europea (ESA) que desarrollan tecnologías de vanguardia para comprender diferentes aspectos del sistema terrestre. O, también, las misiones de satélites europeos meteorológicos, operados por la agencia EUMETSAT (Organismo Europeo para la Explotación de los Satélites Meteorológicos) y que incluyen, entre otros, los satélites Meteosat, que proveen de datos a las agencias meteorológicas nacionales, como por ejemplo a la española AEMET.

imagen de la sonda Sentinel-6 en órbita FOTO: ESA - P. Carril

España es un claro referente en este tipo de tecnologías con compañías punteras, como GMV, que trabaja en el área de observación de la Tierra y sus aplicaciones desde los orígenes de esta disciplina, y que está involucrada en importantes programas como Copernicus, así como en proyectos enfocados a impulsar la lucha contra el cambio climático, prevenir los incendios o la contaminación marina, entre otros.

Cómo pueden mejorar nuestro planeta

En nuestro planeta existen infinidad de procesos que requieren monitorización continua a escala global, vigilancia de grandes superficies o métodos de observación no invasivos. Ahí es donde la observación de la Tierra aporta herramientas que difícilmente se podrían conseguir por otros medios.

Para saber cómo los programas de observación de la Tierra pueden ser decisivos a la hora de mejorar las condiciones de vida en nuestro planeta resulta imprescindible conocer en detalle el programa Copernicus, el mayor programa de observación de la Tierra desarrollado hasta la fecha, puesto en marcha hace 25 años por la UE con una inversión pública que supera los 10.000 millones de euros y que ha generado desde el lanzamiento del primer satélite, en 2014, más de 62 millones de productos con información sobre nuestro planeta.

"Copernicus hace posible un abanico de aplicaciones que repercuten en las actividades y operaciones cotidianas de empresas y organizaciones. Sus servicios de aplicaciones son aprovechados por la comunidad científica internacional para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía europea", explica Luis Mariano González Casillas, director de desarrollo de negocio del área de observación de la Tierra de GMV.

Y es que Copernicus, como comenta el directivo, proporciona servicios gratuitos y de libre distribución en las áreas de cambio climático, atmósfera, medio marino, usos del terreno, respuesta a emergencias y seguridad. Todos estos servicios están orientados a la preservación del planeta y a prevenir y mitigar los efectos de los riesgos globales provocados tanto por procesos naturales como debidos a la actividad humana.

GMV contribuye de forma destacada en todas las fases del programa y a lo largo de toda su cadena de valor. "La cantidad y calidad de datos producida por los satélites Sentinel no tiene precedentes, y GMV trabaja tanto en su generación como en su explotación en proyectos que abarcan desde la vigilancia terrestre, la seguridad en alta mar, pasando por el control de la calidad del aire y el cambio climático, la agricultura de precisión, hasta los servicios de seguridad y emergencias, entre otros", explica Antonio Tabasco, responsable de la división de Teledetección y Servicios Geoespaciales de GMV. La multinacional española cuenta, además, con uno de los mejores equipos de ingeniería que trabaja en todas las disciplinas involucradas en la cadena de producción y explotación de los datos, lo que la convierte en empresa de referencia en Europa.

Otro de los programas emblemáticos lanzados por la ESA es la iniciativa de Ayuda al Desarrollo Global o GDA (Global Development Assistance, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es optimizar las operaciones de desarrollo internacional llevadas a cabo por instituciones como el Banco Mundial o el Banco Asiático de Desarrollo con soluciones basadas en el uso de la observación de la Tierra.

GMV abandera también varios de los proyectos enmarcados en esta iniciativa que, como explica Tabasco, "ayudan a analizar la evolución de los recursos de un país durante las últimas décadas y a predecir qué va a pasar en las próximas para poder tomar decisiones e intentar contrarrestar los efectos negativos, en caso de que los haya. Entre otros parámetros, se pueden medir la erosión del suelo, la desertificación o la deforestación".

"En el caso del agua, también hay aplicaciones satelitales para estimar, de forma indirecta, cómo están evolucionando las capas subterráneas de agua y ver si nos aproximamos a cumplir condiciones de una sequía hidrológica", indica Tabasco.

También la ESA trabaja en proyectos destinados a la monitorización a nivel global. Es el caso de proyectos como World Ocean Circulation, cuyo objetivo es dar soporte a acciones encaminadas a la explotación sostenible, limpia y segura de los océanos; WorldWater, que monitoriza los cambios estacionales en la extensión de las aguas superficiales; WorldSoils, centrado en desarrollar un sistema global de monitorización del suelo con especial foco en el carbono orgánico y que, además, proporciona información para investigaciones relacionadas con el cambio climático; o World Emission, que se encuadra en el ámbito de la medición de gases de efecto invernadero mediante el uso de los datos de Copernicus y otras entidades internacionales, como la NASA, y cuyo objetivo es lograr una comprensión más precisa del impacto de las emisiones atmosféricas sobre el cambio climático y la calidad del aire, así como servir de referencia sobre los inventarios de emisiones.

Beatriz Revilla Romero, responsable del proyecto World Emission en GMV, explica que esta iniciativa "se encarga de monitorizar más de 10 gases atmosféricos diferentes, en distintas escalas: desde fuentes puntuales hasta productos regionales y globales". Los datos obtenidos de estas mediciones, señala, "se integran en un único portal con acceso gratuito para promover la adopción de datos de informes de emisiones basados ​​en satélites a una escala nunca vista".

CONTRIBUCION A LA MITIGACION DE LOS EFECTOS DE LOS DESASTRES NATURALES

La observación de la Tierra nos ayuda a entender mejor todos los procesos relacionados con los desastres naturales mediante el estudio de las series históricas recogidas por los satélites lanzados hasta la fecha, incluyendo todos los satélites de Copernicus.

Copernicus cuenta, además, con un servicio específico de gestión de emergencias que proporciona información geoespacial, puntual y precisa a todos los agentes que participan en la gestión de catástrofes naturales, situaciones de emergencia, de origen humano y crisis humanitarias.

GMV participa en dicho servicio para ofrecer imágenes complementarias que puedan servir a la Unión Europea en catástrofes de diversa índole. A modo de ejemplo, la compañía ha proporcionado a la UE importantes análisis tras acontecimientos como la explosión del volcán de La Palma, distintas inundaciones o el terremoto de Turquía.

Los incendios son unos de los desastres naturales protagonistas durante la época estival. El pasado verano pudimos ver sus efectos en Sicilia o en la isla griega de Rodas, donde miles de personas tuvieron que ser evacuadas. En ambas ocasiones, el Servicio de Emergencias de Copernicus fue activado para ayudar a las autoridades de protección civil en las labores de rescate.

Relacionado con los incendios, existen también otras iniciativas, como el proyecto a escala europea FirEUrisk, en el que GMV tiene un papel determinante, cuyo objetivo es desarrollar una estrategia científica que ayude a prevenir los incendios forestales. En conclusión, la observación de la Tierra resulta esencial para monitorizar el medioambiente y la situación actual del planeta y obtener información estratégica basada en imágenes satelitales, ya que nos permite conocer el planeta, su evolución y ayudar a poner medidas para mejorar la sostenibilidad y la calidad de la vida en la Tierra.

El creciente interés y la demanda en las capacidades satelitales mostrado por las instituciones, gobiernos y empresas de todo el mundo, así como la tecnología que permite un acceso más fácil de los datos de satélites, auguran además que el mercado de observación de la Tierra alcance los 4.427,2 millones de dólares para 2025. "Un hecho que repercutirá, indudablemente, en un inevitable incremento en la demanda de talento para este mercado, que se plantea crucial para a lograr un planeta más sostenible y seguro", concluye González Casillas.